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El beso más icónico de Titanic fue un infierno para Kate Winslet y Leonardo DiCaprio

Titanic
Foto del redactor Javier CazallasFoto del redactor Javier Cazallas

La escena más famosa de Titanic es pura magia audiovisual, pero lograrla fue un auténtico dolor de muelas para sus protagonistas.

Titanic fue todo un fenómeno allá por 1997, cuando llegó a los cines e hizo que todos los adolescentes del planeta conectasen de forma automática con la historia de amor de Rose y Jack. Esa historia de amor prohibido en el efímero viaje inaugural del barco hundido más famoso del mundo tuvo grandes momentos en pantalla.

Sin embargo, los dos más recordados son el de "píntame" y el famoso beso entre Kate Winslet y Leonardo DiCaprio en la proa del Titanic en el momento en que el sol alcanza por última vez al navío.

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Cinematográficamente, la escena es una maravilla que los espectadores atesoran con cariño y, de hecho, brinda portada, más o menos, a la película de James Cameron.

A efectos prácticos en el set de rodaje, filmar la escena fue un infierno, especialmente para Kate Winslet y Leonardo DiCaprio, aunque no por ausencia de química ni por problemas entre ellos.

Las tribulaciones del beso más famoso de Titanic

Aunque al público les pareciese un momento tierno, romántico y hermoso, James Cameron fue especialmente puntilloso con la iluminación que debía tener esa escena de Titanic.

Además de disponer de un lapso de tiempo muy breve para filmarla, los actores necesitaban una importante capa de maquillaje para que el efecto fuese verosímil en pantalla.

Hablando con Vanity Fair mientras revisaba escenas de su carrera, Kate Winslet destacó que el espacio del set donde filmaron la escena era bastante complejo, por lo que el equipo de maquillaje lo tenía complicado para acceder hasta ellos entre tomas para repasar sus rostros.

Era un problema porque ella llevaba una buena cantidad de maquillaje encima, y Leonardo DiCaprio iba embadurnado de falso bronceador, así que "cada vez que se besaban parecía que había estado chupando una chocolatina con caramelo".

Kate Winslet llevaba encima maquillaje para retocarse a sí misma y a su coprotagonista, pues el tiempo para capturar la luz ideal, como hemos dicho, era muy limitado.

Los esfuerzos de todos dieron resultado, pero siempre resulta curioso ver cómo una de las escenas más icónicas de la historia del cine, aparentemente sencilla, tuvo tantísimas complicaciones. ¿Imaginabas que el beso más famoso de Titanic fuese tan rollazo de filmar?

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