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Gerard Butler tuvo que renunciar a uno de sus vicios para interpretar a Leónidas en 300

La precuela de 300 podría ser una realidad en Warner Bros. con Zack Snyder en la dirección del proyecto

Defender las Termópilas era una tarea titánica, y Gerard Butler necesitaba un cuerpo sano para poder liderar a los espartanos en semejante empresa.

Zack Snyder es un director divisivo, de eso no hay duda. Para muchos espectadores, o lo amas o lo odias. Pero la división es menor al considerar que 300, su adaptación del cómic de Frank Miller, es una de sus mejores películas o, al menos, de las más épicas. Gran parte del éxito del filme tiene nombre y apellido: Gerard Butler.

El actor encarnó al rey Leónidas de Esparta en la película de 2006 con tal pasión que cada vez que alguien nos dice que algo es una locura, sentimos ganas de gritar "¡Esto es Esparta!" y arrojarlo al vacío de una patada.

El papel de Gerard Butler en 300 es recordado con gran cariño por los fans y se ha convertido en todo un referente de la cultura pop, pero hubo momentos en los que Leónidas casi se le escapa.

Alan Horn era el director ejecutivo de Warner en los años en que 300 entró en producción y, entre otras cosas, no tenía muy claro si llevar a cabo la película. El fracaso crítico de Troya y la debacle de taquilla de Alejandro no eran buenos presagios. Aun así, acabó dando su apoyo al proyecto de Zack Snyder.

El "gran sacrificio" de Gerard Butler para interpretar a Leónicas en 300

Además de un entrenamiento tremendo para tener ese cuerpo espartano que luce —e intensifica con algo de maquillaje, pero no digitalmente— en 300, Gerard Butler también tuvo que pasar por el filtro de Alan Horn, tal y como recuerdan en Collider.

De hecho, fue el ejecutivo de Warner Bros. Pictures quien puso una exigencia inapelable: Gerard Butler debía ser una figura pública que diera ejemplo y, por tanto, tenía que dejar de fumar.

El actor fumaba como un carretero, algo que Horn sabía desde el rodaje de El fantasma de la ópera, en 2004, y no estaba dispuesto a permitirle interpretar a Leónidas si no dejaba el vicio. Después de una reunión entre ambos, Butler aceptó y dejó de fumar, accediendo inmediatamente a uno de los papeles más representativos de su carrera.

Para Alan Horn era importante que una figura pública diera ejemplo y le inculcó esa visión al actor, que conquistó al mundo en 300 defendiendo las Termópilas frente al avance de los persas liderados por Jerjes y desafiando al emperador con gran desparpajo espartano.

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