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El lado oscuro del fandom y la eterna controversia con los nuevos contenidos

Star Wars: The Acolyte
Foto del redactor Javier CazallasFoto del redactor Javier Cazallas

Toda franquicia veterana, y a veces no tan veterana, que saque nuevo contenido, será sometida al escrutinio de los fans, y raramente para bien.

Ser fan de algo puede ser una experiencia maravillosa. Mi pasión por Star Wars me ha llevado a conocer a personas maravillosas de todo el mundo con las que compartir afición, debatir y obtener puntos de vista que, en condiciones normales, no habría contemplado.

Luego está internet, claro: ese lugar capaz de conectar a personas que, en lugar de fomentar aspectos positivos, optan por convertir ciertos rincones de la red en infectos vertederos de odio, habitualmente sin buenas razones.

Los fandoms han caído en esa red y no parecen capaces de salir de ella durante años, convirtiendo cada llegada de contenido en una atroz guerra que saca lo peor del ser humano: comportamientos deleznables, menosprecios y algunas situaciones que explican por qué la psicología ha ganado tantísimo peso en las últimas décadas.

Me refiero a Star Wars, claro, pero es una situación extrapolable a muchas otras franquicias. Mira qué bien lo pasaron algunos elementos despotricando sobre Los anillos de poder en 2022, con un previsible revival del hate este 2024. ¿Marvel? Hate. ¿DC? Odio exacerbado.

¿Y todo para qué? ¿Para que salgan fake news con los titulares que les gustaría leer? ¿Para desinformar? ¿Sentirse realizados?

Puede no gustarnos algo sin necesidad de volvernos unos energúmenos

Vaya por delante que no digo que te tengan que gustar series como Obi-Wan Kenobi, The Acolyte, The Witcher, Los anillos de poder o nuevas temporadas de otras como True Detective, The Boys o The Bear.

Que algo no guste es completamente lícito, como igualmente lo es el caso contrario, y nadie debería sufrir acoso de ningún tipo por decir que algo le gusta o no, especialmente aquellas personas que recibieron un concepto utópico durante la infancia llamado educación y lo usan.

Como esto es una opinión personal, puedo decir que hubo muchas cosas que no me gustaron de True Detective: Noche polar, pero no tenía la necesidad de dejar constancia de ello cada semana en redes sociales o de intervenir en toda publicación que viera para increpar a su creadora, protagonistas y cualquiera que la defendiese.

Y yo la tuve que ver enterita porque es mi trabajo, la mayoría puede decir, "oye, no me gusta", y a otra cosa, mariposa. ¿Es que no hay series, películas y videojuegos para ver y jugar que tienes que quedarte con la que sabes que no te gusta?

No obviaré que está el viejo juego de las redes sociales de liarla parda para ganar seguidores, otra prueba de que los motivos incorrectos son los que siempre venden.

El lado más oscuro del fandom da asco

Pero quiero entrar a hablar de los aspectos más repulsivos de un fandom: cuando sus propios integrantes empiezan a atacar gratuitamente a actores, guionistas, etc

Aquí Star Wars lleva una ventaja abismal con respecto a otros fandoms, pero Los anillos de poder también tuvo una reacción exageradísima al casting, tanto como para que los protagonistas de El señor de los anillos saliesen en su defensa. Ya no es una cuestión de que algo te guste o no: es acosar a alguien; y eso está mal, en este o en cualquier ámbito.

Marvel se ha llevado buenos rapapolvos por la inclusión forzada, y es cierto que alguna escena da vergüenza ajena, como la carga femenina de Vengadores: Endgame que no fluye con la batalla, sino que se coloca de forma muy poco cuidada. Como es una película evento, pues se tiende a pasar por alto en sus 3 horazas de duración.

Vengadores Endgame - Escena "A-Force"

A James Gunn le llueve hate desde que asumió la codirección ejecutiva de DC Studios. Aún no ha estrenado ni un solo contenido, pero despreciarlo de entrada es gratis, aunque sea por no querer continuar con una franquicia envenenada que daba bandazos desde hace años.

Pero, como digo, Star Wars se lleva la palma. Hay gente que sigue viviendo en mayo de 1977 y todo lo que les saque de la trilogía original es carne de compostaje. Son los que ahora se quejan de Disney, pero en su día dieron cera a George Lucas por la trilogía de las precuelas.

Lucas es la persona con más derecho del mundo a cambiar la saga o moldearla a placer, bueno, antes de la venta a Disney, claro. Los cambios te pueden gustar o no, pero eran lentejas: las comes o las dejas, pero no molestes.

 

Bien conocido es el odio visceral que recibió Ahmed Best por interpretar a Jar Jar Binks, haciendo que el actor llegase a considerar medidas extremas contra su vida. Hay que pasar un infierno para llegar siquiera a plantearse algo así.

Es un comportamiento que se sigue dando hoy en día, por desgracia. La trilogía de las secuelas sacó a relucir de nuevo el lado más oscuro del fandom, y mira que ni Los últimos Jedi ni El ascenso de Skywalker son santo de mi devoción.

Las series no han hecho más que añadir madera, y eso que The Acolyte es una producción que, en gran medida, ha ido a provocarlo. Personalmente, creo que va de más a menos, pero no necesito salir cada dos por tres a insultar a quienes la han disfrutado.

Me encantaría tener la clave para que estas situaciones cesasen, pero el bombo que se les da a estos temas en redes sociales hacen que sea más fácil que pida un unicornio por Navidad y que me lo traigan los Vaders Magos.

Piensa que la tendencia actual no es la de hace 15 años, y menos la de hace medio siglo. Pero es que hace 50 años la tendencia no era la misma que hace 70.

Estos ciclos son normales y, si no sabes o puedes disfrutar de lo nuevo, no pasa nada, pero no hace falta que vuelques toda tu frustración con quienes sí lo hacen. La gente puede hacer del mundo un lugar maravilloso, cuando se cansen de hacer lo contrario.

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