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En este juego eres un demonio de cristal que patina por el infierno para comerse la luna... y es tan bueno que cuesta creerlo: impresiones de Skate Story

Skate Story
Foto del redactor Álvaro AlonsoFoto del redactor Álvaro Alonso

Skate Story sólo ha necesitado una demo de 30 minutos para pasar de ser un juego que me llamaba la atención a uno de los que más espero de 2024. En estas impresiones, te cuento por qué no deberías quitarle el ojo de encima a este demonio skater de cristal.

Hoy he jugado a una pequeña demostración de Skate Story, un juego de skateboarding que está desarrollando prácticamente en solitario Sam Eng y que edita Devolver Digital, con un lanzamiento para PC previsto para lo que queda de año.

He crecido jugado a los Tony Hawk, he vivido la madurez con EA Skate y he flipado en colores con las ideas de OlliOlli World, así que este nuevo juego de patín ya había conseguido llamar poderosamente mi atención.

Pero lo que no esperaba era que con una simple demo, Skate Story fuese a pasar de juego llamativo a uno de los que más espero de 2024. Aunque tengo que reconocer que cuando me he puesto a los mandos y he ido descubriendo su propuesta, he pensado: «han hecho este juego para mí».

Así que si alguna vez te ha dado la impresión que tienes unos gustos parecidos a los míos, es bastante probable que Skate Story también te alucine. Te cuento por qué.

Tony Hawk en un infierno vaporware: impresiones de Skate Story

El infierno es un lugar terrible en el que los demonios no pueden pegar ojo por culpa de la luna. Uno de los demonios, muerto de sueño y de hambre, decir que eso se tiene que acabar y se propone nada más y nada menos que comerse la luna.

Para lograrlo, hace un pacto con el mismísimo diablo, quien le otorga una tabla de skateboarding para que se abra camino a través del infierno y consiga pegarse un banquete en lo más alto.

Como ya habrás imaginado por esta breve sinopsis de la historia de Skate Story, estamos ante un juego que apuesta por el surrealismo en todos los sentidos, especialmente narrativo y visual. Porque salta a la vista, ¿no? Controlamos a un demonio hecho de cristal que patina escenarios compuestos por elementos inexplicables, todo ello bajo una estética vaporware.

Skate Story

Desde luego, no se puede negar que Skate Story tiene una personalidad visual tremenda. En realidad no sólo visual; audiovisual, porque la banda sonora también me ha parecido un alucine. Por suerte, no se queda sólo ahí y tanto en lo jugable como en lo argumental es un juego que derrocha estilo y originalidad.

A la hora de jugar, Skate Story es una suerte de fusión entre los controles arcade de un Tony Hawk y el desplazamiento realista de la saga Skate. Me explico: para realizar trucos con la tabla, basta con realizar pulsaciones o combinaciones de botones: círculo para el ollie, L1 + círculo para pop shove it y R2 + círculo para flip. En esta demo, esos eran los tres únicos trucos disponibles.

Pero pese a su sencillez, los trucos tienen su miga: al mantener pulsado el botón asociado al truco, en pantalla aparece un indicador. Y si soltamos el botón en la zona señalada, el truco tendrá más altura y obtendremos más Alma, que es la puntuación de Skate Story. Y no te puedes imaginar lo satisfactorio que resulta hacer los trucos con buen timing.

Skate Story

Pero en lugar de darnos una ciudad por la que patinar con libertad, Skate Story apuesta por una sucesión de niveles con desarrollo lineal. O, al menos, así ha sido durante la mayor parte de la demo. La verdad es que todos eran niveles bastante cortitos y sencillos, algo de esperar dado que se trataba del tutorial.

En algunos simplemente había que avanzar hacia delante esquivando muros, mientras que en otros había que atravesar unas barreras señaladas por ojos para poder cruzar la puerta al siguiente nivel. Más adelante, han empezado a aparecer nuevos obstáculos, como hileras de pinchos que había que sortear saltando.

El demonio de cristal puede aguantar dos impactos antes de ser destruido. Si eso sucede, o si nos caemos de la tabla haciendo algún truco, basta con pulsar un botón para reiniciar de forma instantánea y volver a intentarlo.

Skate Story

A medida que progresaba, se han ido introduciendo cambios tanto en los niveles como en la jugabilidad. Por ejemplo, en cierto punto he llegado a una zona en la que tenía cierta libertad para moverme y donde tenía como objetivo encontrar dos "artículos de opinión" para satisfacer a un filósofo

Para conseguir estos objetos, debía explorar la zona y hablar con ciertos personajes, lo que me ha llevado a conocer a un cubo gigante con una eterna sonrisa que no era capaz de expresar sus verdaderos sentimientos o a visitar una tienda en la que podía gastar Alma para comprar nuevas tablas, ejes y ruedas.

La demostración ha culminado con un enfrentamiento contra jefe. Sí, habéis leído bien: en Skate Story también hay jefes y son tan surrealistas como os podéis imaginar. Para derrotar a este enemigo, debía perseguirle por una estancia mientras saltaba por encima de hileras de pinchos. Y, a continuación, he tenido que realizar diferentes trucos para acabar con su barra de salud.

Skate Story

Honestamente, no tengo ni idea de cómo habrá sonado todo lo que acabo de decir. Porque en mi cabeza sonaba espectacular, pero es probable que estés pensando «menuda fumada». Sin embargo, te aseguro que cuando estás jugando a Skate Story todo tiene sentido... Dentro de la absurdez que plantea, claro está. Y lo más importante: que mola muchísimo.

Porque la combinación de su propuesta, estilo visual, banda sonora y jugabilidad da lugar a una experiencia única. Desde luego, puedo decirte sin ningún miedo que le han bastado 30 minutos para ser el juego más original y con más personalidad que he jugado en lo que va de 2024.

Así que, por favor, si Skate Story te llama mínimamente la atención, no le pierdas la pista. Yo no lo haré. 

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