Jugamos a Dragon's Dogma 2, el esperado regreso del juego de rol de acción en mundo abierto de Capcom

ACTUALIZADO: hemos tenido la oportunidad de volver a jugar a Dragon's Dogma 2, el título de acción RPG y fantasía de Capcom para PS5, Xbox Series X|S y PC. Se trataba de la misma demo que pudimos probar durante el Tokyo Game Show, así que, además de refrescar nuestras impresiones, os traemos un gameplay capturado por nosotros de esta misma sesión. ¡Que lo disfrutéis!

TEXTO ORIGINAL: Para llegar hasta este primer contacto con Dragon's Dogma 2, que se lanzará en PS5, Xbox Series X|S y PC, el viaje ha sido bastante largo, y lleno de imprevistos. Porque lo de Dragon's Dogma ha sido bastante flipante, en general. El juego original se lanzó en PS3 y Xbox 360 con una recepción moderadamente favorable, pero sin alcanzar el éxito que merecía. 

Continuó en la siguiente generación con la versión Dragon's Dogma Dark Arisen (también en Nintendo Switch) y luego con un juego online solo disponible en Japón que tampoco tuvo un mal recorrido (breve para ser un MMORPG, pero dentro de lo habitual en el país del sol naciente).

Tras eso se estrenó la serie de Netflix y, sin haber dado muchas esperanzas sobre una nueva entrega durante mucho tiempo, Capcom ya está trabajando a pleno rendimiento en la secuela, la cual todavía no tiene fecha de salida.

Secuela que, todo sea dicho, seguirá siendo una aventura para un jugador y recuperará el sistema de peones, o NPC que podemos contratar para que nos ayuden en combate.

Nosotros hemos podido jugar una hora a puerta cerrada durante la feria Tokyo Game Show de 2023, y aunque aún es pronto para emitir un veredicto, lo cierto es que lo que hemos visto promete. Y mucho.

El dragón nos ha elegido

El punto de partida de Dragon's Dogma 2, si jugaste al original, es prácticamente el mismo. El protagonista es un Arisen, término que se refiere a aquellos guerreros que son elegidos por los dragones tras una situación dramática, para sellar un pacto con ellos.

Este pacto consiste en que el dragón les roba su corazón, y solo podrán recuperarlo si lo derrotan. No obstante, estas impresiones de Dragon's Dogma 2 del Tokyo Game Show 2023 no van de lore precisamente, porque teníamos una hora para jugar exacta y el tiempo apremiaba. Por mucho que nos pese, el botón de “Skip” está de moda en la feria japonesa.

Teniendo eso en cuenta, comenzamos eligiendo clase. Como hemos indicado, probamos tres distintas: guerrero, arquero y ladrón. Dos de ellas, el guerrero y el ladrón, comenzaban en puntos cercanos de un mismo mapa, mientras que el arquero transcurría un entorno muy diferente.

Por ello, le dedicamos un poco más de tiempo a este último, algo que nos dejó una grata e inesperada sorpresa: encontrarnos con la mejor pieza narrativa de los tres personajes disponibles. 

Gracias a los flashbacks, conocemos el despertar de esta Arisen, una arquera de grandes habilidades a la que controlamos desde el inicio de la aventura (lo que viene a ser el tutorial y explicación de las distintas clases... el equivalente al inicio aventurero del primer juego).

Los ataques de la arquera son rápidos y efectivos a larga distancia, aunque también es bastante eficiente en distancias cortas. Puede lanzar flechas con distintos efectos, ráfagas de tres flechas o ataques cargados que causan un alto nivel de impacto. 

No obstante, hay que decir que todos estos movimientos especiales que se alejan de los ataques normales consumen energía y, si te quedas sin ella, tu personaje se agota y queda totalmente desprotegido. 

Por lo tanto, hay que regular su consumo en todo momento y no abusar ni de los ataques más poderosos ni tampoco de la función de correr, puesto que esta también la consume. En cualquier caso, tus aliados podrán ayudarte a recuperar parte de esa barra para salir del apuro en el que te encuentres (siempre y cuando ellos no tengan problemas mayores).

El contraste entre las clases de Dragon's Dogma 2 es alto. El guerrero tiene golpes de espada muy contundentes y cuenta con una gran fuerza de ataque. También resiste más que otras clases, por lo que en el cuerpo a cuerpo es uno de los personajes más que recomendados. 

Si bien podría parecer que está más orientado a luchar en tierra firme, la gran cantidad de enemigos voladores obliga a que el guerrero cuente con más versatilidad. Por ello, es posible hacer un ataque hacia el aire que cubre gran distancia vertical, así como saltar. Eso evita que haya que dejarle todo el trabajo a los aliados, personajes secundarios y peones que hayamos contratado.

Por su lado, la tercera clase, el ladrón, es todo un festival del machaque de botones. Su exagerada velocidad permite atacar a los enemigos tan rápido que no llegarán a vernos. Con algunos de sus movimientos especiales resulta un poco incontrolable, pero es obvio que ahí también radica parte de su atractivo. 

Por ejemplo, dispone de un ataque con el que cruza la pantalla de lado a lado golpeando con sus cuchillas como si fuera un ninja. No es el más resistente, pero la jugabilidad cambia de forma considerablemente al utilizarlo, y es quizá uno de los mejores ejemplos para demostrar de manera evidente la enorme diferencia entre los estilos de juego de cada clase.

Clásico en Dragon's Dogma: monstruos y enemigos enormes

Es obvio que uno de los incentivos de este tipo de RPG son las criaturas a las que nos enfrentamos. Para los creadores de Dragon's Dogma 2, diseñar enemigos de gran tamaño no es algo nuevo. Pero lo que más se aprecia en esta secuela es el nivel de detalle de las criaturas, sus animaciones y su IA, gracias a la cual cambian completamente la rutina de las batallas. 

En esta entrega, las órdenes que les das a los peones tienen mucha más importancia, solicitándoles que se agrupen a tu alrededor, que te ayuden o que vayan a por todas, por ejemplo.

Algunas de estas batallas pueden parecer imposibles de ganar, pero nada más lejos de la realidad. Solo es necesario un poco de cuidado, aprovechar bien las destrezas de tus aliados y dar donde más duele. En el caso de morir, nosotros teníamos un objeto que nos permitía volver a la vida una vez. 

Y sí, lo cierto es que lo usamos para acabar con un golem de enorme tamaño. Para que las batallas sean más fáciles, por supuesto, hay que contar con la opción de contratar nuevos peones. Nosotros nos hicimos con los servicios de una aliada que nos ayudó mucho en esa batalla en cuestión.

Explorando un impresionante mundo de fantasía

Al margen de los combates, lo mejor de lo que hemos visto en Dragon's Dogma 2 es la exploración de un rico mundo de fantasía que promete calidad a raudales. Hay muchos personajes NPC y todos tienen algo que aportar a su mundo. 

La vida en las ciudades se aprecia con dinamismo y en gran parte es algo que se ve beneficiado por el sobresaliente aspecto gráfico de Dragon's Dogma 2. Aunque ya nos han dicho que todavía falta trabajo por hacer, el detallismo y la profundidad de castillos y aldeas es realmente elevado incluso en su actual estado.

También se aprecia vida en los exteriores de las ciudades, con presencia de campesinos caminando o algún que otro carro. Justo en uno de ellos nos hemos tenido que subir para continuar una misión. Y, una vez arriba, te sientas y admiras el camino tranquilamente. O te quedas de pie para que, cuando aparezcan enemigos, ya estés preparado para la acción.

La inmersión en el mundo de fantasía de Dragon's Dogma 2 es alta, al menos por la hora que hemos podido jugar y los pocos escenarios que hemos visitado. Nos faltaría ver si, al final, se implementan monturas, aunque sean caballos o algún tipo de montura, que suele estar presente en muchos de los mejores juegos en mundo abierto. 

Ya fue algo muy comentado en la entrega original y, hasta donde hemos visto, siguen sin estar presentes. Pero sería raro que Capcom no accediera a esta petición tan recurrente, y que tiene todo el sentido del mundo.

Más allá de eso, ya te podemos adelantar que Dragon's Dogma 2 promete y bien podría ser el RPG de fantasía medieval que llevamos buscando desde hace tanto tiempo, en especial por la buena narrativa que parece tener y por su variedad de clases jugables. Todavía es pronto, pero apunta muy alto.

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