Entrevista a Ridley Scott: orgulloso de Napoleón y ya tiene rodada la mitad de Gladiator 2

Ridley Scott es una leyenda viva del cine: a sus 86 años ha recalado en Madrid para promocionar su nuevo trabajo: Napoleón.

Se trata de una película de 158 minutos de duración a lo largo de los cuales condensa un extenso periodo de la vida del soldado corso que abarca desde la Revolución Francesa hasta su muerte en el exilio.

Por cortesía de Sony hemos podido participar en una mesa redonda con otros medios en la que hemos podido hacerle toda clase de preguntas que él ha contestado con mucha franqueza y sentido del humor.

Filmar un biopic de Napoleón ha sido un proyecto mítico y soñado para muchos grandes directores como Stanley Kubrick. Querría saber qué supone para usted el haberlo conseguido y dónde sitúa esta película en su extensa trayectoria.

Bueno, pues dentro de mi trayectoria solo estoy pensando en cuál va a ser el próximo lío en el que me quiero meter. Porque casi todo lo que merece la pena, es un lío.

La verdad es que no veo esta película como algo épico, sino un estudio de personajes. Y se trata de uno de los líderes históricos más importantes, independientemente de su nacionalidad, de su cultura, de su credo. No sé si lo sabéis, pero se han escrito más de 2.000 libros de Napoleón. Eso significa que se podría hacer un libro por cada semana desde su muerte.

Supongo que no lo sabíais. Es impresionante. Creo que solamente se ha escrito más sobre Cristo. Entonces, claro, coges toda esta información y piensas que tiene que haber muchísima especulación e inexactitudes porque con tantos libros es imposible ser preciso en todo.

¿Qué hay del rigor histórico y por qué cree que la crítica francesa ha recibido la película con tanta frialdad?

El primer libro que se escribiría sobre él llegaría cinco años después de su muerte. Estamos hablando  de hace 195 años. En tanto tiempo, por supuesto, pues la gente se tuvo que inventar un montón de cosas o que adivinarlas.

Yo pensé que había demasiados libros, así que me centré un poco más en las cartas, donde se veía un poco la debilidad que tenía respecto a Josefina. La verdad es que esas cartas que le escribía eran casi infantiles en lo que respecta a las emociones y a la sexualidad.

Por lo tanto, eso muestra que indudablemente era una persona muy vulnerable de cara a Josefina y curiosamente era una pasión que era casi unidireccional, porque la mayoría de sus cartas del final ni siquiera fue ella quien las abrió.

¿No ha sentido la tentación de cambiar el foco de Napoleón a Josefina?

La verdad es que la respuesta es no. Siempre ruedo con, por lo menos, cuatro cámaras y eso le da una cierta libertad a los actores, por supuesto, también les da la posibilidad de improvisar. Es verdad que siempre hay un guión, pero a veces, cuando esa oportunidad de improvisar está ahí, suceden cosas buenas, como con esas cuatro cámaras y con la como las tienes, puedes recogerlo todo.

A Joaquín le encanta la improvisación y ella no tenía ni idea. En la escena en la que él gatea por debajo de la mesa y la tira hacia abajo ella no sabía que eso iba a suceder. Y esa es una de las cosas que capturas. Y también decidimos hacer que todas las escenas de sexo fueran divertidas. ¡Pueden llegar a ser mortalmente aburridas!

¿Cómo ha conseguido orquestar todas las secuencias multitudinarias de batallas?

¡Soy muy bueno! Respuesta larga. Yo cogí la ola de la publicidad. No era lo mismo que la llegada de Internet. Movía millones en Internet, miles de millones, pero no era equivalente. Entonces aprendí muy rápido, cogí mucha experiencia. Todo esto gracias a la televisión comercial, que fue cuando se empezaron a hacer los anuncios. Tenía 26 años.

Éramos más o menos seis o siete directores de cine comercial en la empresa y la verdad es que éramos un grupo muy meritorio. Se consideraba casi como una forma de arte. Yo tengo dos anuncios en el MoMA. Para mí esa fue como mi escuela de cine, porque no había otra cosa, por aquel entonces.

Mi primera película, Los duelistas, la rodé con 40 años pero ya había rodado más de 3000 anuncios. Por lo tanto, me pareció una tarea fácil... incluso después Alien. Luego fue un poco más complicado porque rodé Blade Runner y fue mi primera experiencia con Hollywood. Fueron un poco duros conmigo, yo también lo fui con ellos, pero conseguimos hacer una película bastante especial.

Durante siete años fui a la escuela de arte. Por lo tanto, soy muy buen dibujante y hago guiones gráficos de mis películas. En la de Napoleón ha sido un storyboard bien gordo de ocho imágenes por página y eso tarda semanas antes del rodaje pero te da una idea muy clara de los planos que necesitas.

Yo compararía la tarea de escribir un libro con la de rodar una película y te preguntas cuándo es demasiado largo o por dónde cortas.

Probablemente tu mejor amigo será el que te publique el libro y te diga dónde cortar. Yo soy el crítico más duro conmigo mismo y siempre pienso "mmm, ¿estoy comunicando con lo que estoy diciendo?". Fijaos, yo rodé el primer anuncio para Steve Jobs y luego Apple lo vendió todo. Estoy orgulloso de eso. Y él quedó bastante impresionado.  

¿Es muy distinto trabajar para un gran estudio que bajo el paraguas de una plataforma de streaming? Napoleón fue producida por Apple TV+ pero sin embargo va a estrenarse en cines a través de Sony.

Hay de todo un poco. De alguna forma las plataformas de steaming tuvieron un juicio erróneo en el plan de negocios. Hasta Bloomberg lo dijo. Habéis cometido un grave error porque la idea era acabar cerrando los cines y que el usuario pagara una cantidad al mes para ver todas las películas

Éste no era un buen plan. Se ganaba más con el estreno en las salas. La película se acabó hace diez meses y ya llevo la mitad de mitad de Gladiator 2 rodada y hemos esperado diez meses todavía para estrenarla porque pensaban mandarla directamente a streaming. 

Yo les dije es que no podíamos hacer eso. Esta película se tenía que estrenar en salas y fíjate, va a lanzarse en 14.000 salas, de las cuales 400 serán IMAX y se han dado cuenta de que era lo correcto. Lo que hicimos fue sacar a concurso para tres estudios. Sony lo ganó y estamos donde estamos. 

¿Cómo lidia con la presión de las expectativas?

No me importan. Al final del día, no me preocupan como artista. No es como un deporte donde ganas o pierdes. [...] El tema creativo es diferente, como pintar, como escribir o la música. Yo creo que solamente cuenta la crítica de uno mismo, El resto son opiniones. ¿Qué os voy a decir? Pues yo diría que lo que hay que pensar es "que les jodan" y "sigamos adelante". Yo tengo el corte del director.

Por supuesto que tengo en cuenta y soy interactivo con el estudio, con las personas responsables que me financian las películas y respeto muchísimo la inversión y lo hago lo mejor que puedo para cumplir sus expectativas. De hecho, tiendo a gastar menos de lo que se espera y soy muy eficiente trabajando. Pero el corte final es mío.