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Análisis de Gran Turismo 7: una oda al automovilismo

Análisis de Gran Turismo 7, el simulador de conducción real para PS5 y PS4
Foto del redactor Rafael Aznar

Redactor colaborador

Gran Turismo 7 echa a rodar por los circuitos de PS5 y PS4 celebrando los 25 años que cumple la saga en 2022. Y lo hace como sus predecesores: con una pasión única por el automovilismo, que Kazunori Yamauchi no entiende sólo como un mundo de carreras, sino también como una expresión artística. Este es nuestro análisis de Gran Turismo 7.

Ha habido que esperar más de ocho años para que volviera a lanzarse una entrega numerada de Gran Turismo, una saga que celebra su vigésimo quinto aniversario en 2022 y que, en el último lustro, se había centrado en la competición semiprofesional con GT Sport. 

Sin embargo, como vamos a ver en este análisis y opinión de Gran Turismo 7 para PS5 y PS4, el bagaje de GT Sport ha servido como base para un juego que condensa todo el legado de la cumpleañera saga.

Desde el primer juego, estrenado en Japón en 1997, Kazunori Yamauchi y Polyphony Digital han demostrado un amor incondicional por las carreras de coches, entendidas como un arte en sí mismas.

Y GT7 es una nueva culminación de esa filosofía, que ha contribuido a convertir a la saga en la más vendida y la más longeva del ecosistema PlayStation.

La singularidad artística del juego se aprecia casi desde que el semáforo se pone en verde. Nada más ejecutarlo, lo primero que salta es una prueba en la que hay que conducir un coche antiguo al ritmo de una orquesta que concatena temas de música clásica como el Himno a la alegría, Aleluya o Carmen-Suite Nr. 1, la fanfarria que preside los podios de la Fórmula 1.

Sumad a eso el hecho de que, al acabar el evento, aparece un carrusel de imágenes de archivo que combina momentos históricos del motor con hitos culturales como los Beatles, Elvis Presley o la carrera espacial, para ya luego entroncar con fotogramas extraídos del propio juego. Lejos de ser un mero recurso formal, da cuenta de que un juego de velocidad también puede ser una obra de arte.

Análisis de Gran Turismo 7, el simulador de conducción real para PS5 y PS4

De hecho, más que ninguna de sus predecesoras, esta entrega está planteada como una oda al automovilismo, con la intención de promoverlo entre gente de toda clase y condición

Tanto lo que pasa dentro de la pista como lo que acontece fuera de ella. Y, a la vez, es un homenaje a la propia saga, cuya trayectoria está representada de múltiples maneras.

Un asfalto previamente alquitranado

Antes de empezar con este análisis de Gran Turismo 1, es esencial apuntar que además de ser la primera entrega de la serie que se lanza en dos consolas, es una vuelta a las raíces en toda regla. 

Si GT Sport estaba pensado para el multijugador, su sucesor se centra, principalmente, en los modos para un jugador de toda la vida, con un gran énfasis en el coleccionismo de vehículos.

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No obstante, ambos juegos guardan relación. Al fin y al cabo, el título de 2017 era más que una competición oficial reconocida por la FIA: Polyphony Digital lo planteó como un reseteo técnico y desechó, por fin, todos los materiales acumulados entre PS2 y PS3. 

Y su base audiovisual y jugable, junto con muchos de sus contenidos, ha servido de chasis a este relevo que se lanza en apenas dos días, el 4 de marzo, como Gran Turismo 7.

Análisis de Gran Turismo 7 PS5 y PS4

Gracias a ello, y aunque irá creciendo a lo largo del tiempo, el contenido de partida es muy generoso. Tanto por lo que se refiere al garaje como por lo que respecta a los circuitos.

En total, Gran Turismo 7 incluye 424 coches, todos ellos recreados con precisión tanto externa como internamente, ya sin atisbos de aquella triquiñuela dual de vehículos "premium" y estándar de la etapa de PS3. 

Además, se ha ampliado la variedad de categorías y la antigüedad respecto a los modelos exclusivamente de competición que coparon GT Sport.

Así, hay todo tipo de vehículos que datan desde 1929 hasta la actualidad. Hay utilitarios, hipercoches, monoplazas, prototipos de Le Mans, turismos GT3, coches de rally… Y muchos de ellos son viejas glorias de la saga que harán las delicias de los fans que llevan jugando desde los tiempos de PSOne.

Análisis de Gran Turismo 7, el simulador de conducción real para PS5 y PS4

En cuanto a los circuitos, hay 34 localizaciones. Son cuatro más que en el anterior juego, una cifra que no es particularmente alta, pero la razón hay que buscarla en el componente de juego como servicio que tuvo GT Sport.

Así, tras haberse estrenado con sólo diecisiete ubicaciones, GT Sport fue recibiendo nuevas pistas gratuitas en los años siguientes y que, ahora, forman parte también de GT7.

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Esos cuatro trazados adicionales proceden, en realidad, de entregas pretéritas de la saga. Se trata de Daytona, Trial Mountain, Deep Forest Raceway y High Speed Ring.

Nos habría gustado ver algunos circuitos más, tanto antiguos como de nuevo cuño, pero, aun así, el conjunto es generoso. Ojalá, en el futuro, regresen los circuitos de Ascari o Madrid.

Es importante destacar que todas las localizaciones permiten correr a diferentes horas y con progresión dinámica del tiempo, como ya os contamos hace unas semanas.

Análisis Gran Turismo 7

Eso sí, no todos permiten correr en la oscuridad cerrada de la noche, ya que algunos tienen como tope más tardío las 19.00h o las 21.00h, lo que, dependiendo de la ubicación geográfica, puede quedarse en un simple crepúsculo.

La variabilidad climatológica está más limitada y sólo hay unos pocos circuitos que ofrezcan efectos de lluvia. La razón es que Polyphony Digital ha creado un nuevo sistema que tiene en cuenta aspectos como la temperatura del asfalto y el secado progresivo de los charcos, por lo que hay que implementarlo circuito por circuito. Confiamos en que, en el futuro, se haga extensivo a más parajes.

El automóvil como producto cultural

La estructura general de Gran Turismo 7, que obliga a estar conectado a internet, remite a la de las seis entregas numeradas previas. 

La idea es ir participando en docenas de eventos para acumular créditos y ampliar la colección de vehículos, algo que tiene más importancia que nunca, hasta el punto de que hay un sistema de puntos de coleccionista.

Empezamos con 20.000 míseros créditos con los que acudir a un concesionario de segunda mano para conseguir nuestro primer vehículo y poder empezar a competir. Os suena, ¿verdad? 

Poco a poco, a medida que desbloqueamos eventos y ganamos carreras, recibimos algunos coches como recompensa y dinero con el que acudir a los concesionarios que tiene cada marca o a uno por el que van desfilando algunos modelos que son historia viva del motor.

Análisis de Gran Turismo 7, el simulador de conducción real para PS5 y PS4

En esta ocasión, el hilo conductor del juego es Café, un modo de juego construido en torno a unos ‘libros de menú’ que aúnan las carreras con la divulgación.

En este modo se ofrece todo tipo de información sobre los coches que los protagonizan, en algunos casos de la mano de figuras reales como Freeman Thomas, director de diseño de Ford.

En total, hay 39 de esos libros, que funcionan como un vasto tutorial de paso obligatorio para desbloquear todos los apartados del juego y, de paso, obtener más de medio centenar de coches gratis por el camino. A su alrededor, orbitan modos de toda la vida, como la típica autoescuela o un apartado de misiones, cada uno con 50 pruebas que se pueden completar en oro, plata o bronce.

Entre las misiones, hay eventos de derribar conos, de realizar derrapes o, incluso, de hacer durar lo máximo posible una cantidad ínfima de gasolina. Aparte, cada circuito cuenta con una serie de carreras específicas que se pueden superar en el orden que se desee y que dan para muchas horas de juego.

Gran Turismo 7 análisis

En cuanto al multijugador, se divide en dos grandes vertientes. Por un lado, hay una informal que ofrece pantalla partida en modo local y salas de libre acceso online

Por otro lado, está la vertiente Sport, más competitiva, con carreras diarias y que imaginamos que cogerá el testigo de GT Sport de cara a la disputa de las competiciones oficiales reconocidas por la FIA.

Y, fuera del asfalto, también se ofrecen más opciones para disfrutar del juego, todas ellas con el inequívoco sello artístico y educativo de Kazunori Yamauchi. 

Tal es el caso del modo fotográfico Scapes, que permite integrar los coches digitales en 2.500 entornos reales, lo cual se traduce en unas estampas que difuminan la barrera entre ficción y realidad.

Análisis Gran Turismo 7 PS5

Además, en Gran Turismo 7 hay infinidad de material histórico e informativo. Muchas de las marcas presentes en el juego tienen museos donde se desglosan sus hitos históricos, junto con otros relativos a la propia humanidad a lo largo del siglo XX y el XXI. 

Incluso hay vídeos de archivo que son verdaderas piezas de coleccionista. Puede que haya gente a la que todo ese contenido ‘no jugable’ no le diga nada, y es respetable.

Pero es indispensable para entender esta review de GT7 la visión de Polyphony Digital y que, 25 años después de su alumbramiento, Gran Turismo siga siendo una saga tan singular dentro de un género como el de la velocidad, que, además, no tiene hoy la pujanza mediática de antaño.

Un simulador de la vieja autoescuela

Polyphony Digital ha encontrado en la dimensión artística y divulgativa una forma de hacer algo distinto dentro de un género manido como pocos. Pero, evidentemente, a la hora de la verdad, lo que importa son las actuaciones sobre la pista, que, en esencia, no difieren tanto hoy día de las del pasado.

Autodenominada como ‘el simulador de conducción real’ desde sus orígenes, la serie se ha caracterizado siempre por un enfoque realista de las carreras, aunque con limitaciones en aspectos como el sistema de daños. 

En ese sentido, Gran Turismo 7 es un juego continuista, por lo que su desempeño sobre el asfalto te resultará muy familiar si conoces la serie.

Análisis Gran Turismo 7

La física de la conducción no es tan fidedigna como la de simuladores de PC como Assetto Corsa, pero no es lo que se busca en un juego pensado para todos los públicos y que, además, muchos juegan sin volante. Del mismo modo,el sistema de daños sigue siendo muy limitado, especialmente en lo visual, pues ni siquiera se desprenden piezas.

Ahora bien, en contra de todo lo que puedan decir los detractores de la saga, eso no quita que el juego sea muy satisfactorio y desafiante, entre otras cosas porque no tiene un sistema de rebobinado como el de muchos juegos de coches actuales. El manejo de los coches de Gran Turismo 7, tanto con volante como con mando, es muy configurable y transmite unas sensaciones soberbias.

Mención especial merece el mejorado sistema de lluvia. A medida que la pista se encharca, el aquaplaning resulta muy notorio y, en las carreras largas, obliga a calcular bien cuándo parar en boxes.

Análisis Gran Turismo 7

Igualmente, cuando la pista empieza a secarse, está muy lograda la diferencia entre la trazada seca y la parte que todavía está húmeda.

Asimismo, la hora del día y el tiempo condicionan la visibilidad y, por tanto, la forma de encarar las curvas. Esto se aprecia, especialmente, cuando es de noche, pero también los amaneceres o los atardeceres alteran la percepción de los trazados.

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Hay que destacar, igualmente, que la personalización de los reglajes del coche es muy amplia. Para progresar, resulta muy aconsejable pasar por el taller y adquirir nuevas piezas, lo cual resulta muy intuitivo. 

Pero, además, si alguien es experto en mecánica, puede pararse a configurar el coche y adaptarlo a cada circuito para rascar décimas al cronómetro.

El equilibrio es imposible

Conviene pararse un momento a hablar de algunas cuestiones de equilibrio del juego. Algunas son relativas al transcurso de las carreras; otras, a la sensación de progresión. Dependiendo del cristal con el que se mire, pueden ser positivas o negativas.

Uno de los elementos más característicos de la serie es que las carreras tienen salidas lanzadas, con distancias considerables entre coche y coche, y obligan a remontar desde la última posición. Con hasta veinte vehículos en pista, eso supone, en algunos casos, tener que remontar más de medio minuto de desventaja en unas pocas vueltas.

Análisis Gran Turismo 7

La diversión está garantizada, pero, inevitablemente, significa que la IA, que se puede configurar entre tres niveles de dificultad, presenta altibajos. 

En algunos casos como hemos podido comprobar en nuestra propias carnes para realizar este análisis de Gran Turismo 7, resulta muy frustrante, en especial en aquellas carreras en las que se producen cambios climatológicos y, por ejemplo, el líder se beneficia de poder dar media vuelta más sobre seco.

Las pocas misiones que tienen salidas desde la parrilla (normalmente, de realizar una remontada exprés con un coche mucho más rápido) son escalonadas, de modo que, desde que sale el primer coche, tenemos que esperar cerca de un minuto. 

Seguro que, si jugasteis a GT4, aún recordáis aquel evento infernal de Nurburgring que obligaba a esperar dos minutazos cada vez que se reiniciaba…

Análisis Gran Turismo 7

Otras veces, sobre todo en los compases iniciales del juego, sucede que se puede entrar con cualquier coche a ciertos eventos y machacar a los rivales en un santiamén. Salvo que se elija el mismo modelo que ellos llevan, claro, algo que debería estar predefinido de antemano.

Por otra parte, el sistema de penalizaciones no está bien equilibrado en algunos eventos, especialmente en las misiones. Si son cortas, a poco que se choque contra algo, se da por fracasado el intento, pero, si son largas, ancha se vuelve Castilla y, de repente, podemos apoyarnos en muros y rivales sin miedo a la sanción. Es algo que Polyphony debe ajustar.

Por lo que respecta a la progresión, el juego se divide en dos grandes mitades. La primera es la ligada a los libros de menú, que sirve para desbloquear todo el contenido (lo cual supone unas veinte horas) y premia al jugador con numerosos coches. 

La segunda es la que se abre justo después, con muchos eventos de acceso libre que ya no dan coches gratis y que "racanean" con los créditos que conceden.

Análisis Gran Turismo 7

A partir de ese momento, conseguir nuevos coches queda limitado, casi exclusivamente, a las compras en los concesionarios. O a los vales de ruleta, que se pueden obtener de forma diaria por completar 42 kilómetros, pero que suelen dar, sobre todo, recompensas menores en metálico. Eso significa que, para conseguir los 424 coches de Gran Turismo 7, seguramente hagan falta miles de horas.

Eso sí, en la ruleta obtenida tras completar los 39 libros de menú, a nosotros nos salió uno de los mejores coches del juego: el Red Bull X2014 Standard, diseñado por Adrian Newey. Aún estamos dando gritos cual Max Verstappen al ganar el Mundial de Fórmula 1.

Juegos de Coches

En relación con eso, la mayoría de eventos principales del juego son de unas pocas vueltas. Los más largos, que obligan a gestionar el combustible y los neumáticos, sólo se desbloquean al final, y suelen ser carreras de 30 vueltas o media hora, a lo sumo. 

Se echan en falta las carreras de resistencia de PS2 y PS3. Aquí, en vez de las 24 Horas de Le Mans, están sólo los 24 Minutos de Le Mans.

Análisis Gran Turismo 7

Es cierto que hay una opción para configurar carreras propias de hasta veinticuatro horas, pero se habría agradecido que el contenido principal del juego ofreciera cosas como las 24 Horas de Nurburgring o las 6 Horas de Spa-Francorchamps. 

Seguramente se deba a que muchos usuarios no jugarían ese tipo de eventos, pero un modo B-Spec o una opción de guardar partida ayudarían a hacerlas apetecibles.

Independientemente de eso, es de justicia decir que Gran Turismo 7 es uno de esos juegos que te empujan a seguir jugando sin descanso por la mera satisfacción de ver cómo los menús se van llenando de trofeos y el garaje, de coches. Y, al final, eso, que es lo que de verdad importa, no es tan fácil de conseguir.

Motor híbrido

Del apartado técnico y audiovisual de Gran Turismo 7, hay muchas cosas que comentar. Nosotros lo hemos jugado en PS5, pero también se lanza en PS4, con una diferencia de 10 euros entre una versión y otra

Es el primer estreno intergeneracional que apuesta por esa política, después de que Horizon: Forbidden West fuera el último juego con actualización gratuita.

Análisis Gran Turismo 7

Por encima de todo, quizá la diferencia más notoria entre las dos versiones es que la de nueva generación saca partido al DualSense. Esperábamos algo más de los gatillos adaptativos (el del freno sí luce, siempre que se desactive el ABS, pero no así el del acelerador), si bien hay opción de usar el giroscopio y la retroalimentación háptica sí da mucho juego.

La vibración del mando transmite a las manos la sensación de la rodadura de los neumáticos sobre el asfalto y los pianos, los cambios de marcha o los choques. 

Pero el efecto del DualSense que más nos ha llamado la atención es, sin duda, el traqueteo del tren que circula por los alrededores de Tokyo Expressway, el circuito urbano ambientado en una circunvalación de la capital japonesa.

Otro aspecto que potencia la inmersión es el audio 3D, pues permite apreciar la procedencia de sonidos como el del motor, el de los coches rivales, el del aspa del helicóptero de televisión o el del repiqueteo de la lluvia contra el cristal. La lástima es que no hay un ingeniero de pista que nos dé información, lo cual resulta sorprendente a estas alturas.

Gran Turismo 7 review

En lo visual, el juego luce realmente bien y, en PS5, se da la opción de elegir entre un modo que prioriza la tasa de refresco y otro que incluye trazado de rayos. No obstante, este último sólo se puede apreciar en los momentos que no son interactivos, como las repeticiones (que son un auténtico espectáculo), los menús o el modo Scapes.

La recreación de los coches es excelente, igual que las posibilidades de personalización en cuanto a diseños y accesorios. Se echa en falta un modo que permita montarse en ellos y apreciar los detalles, como el que sí tiene Forza, pero se compensa con la espectacularidad de las fotos a las que da pie el citado modo paisajístico.

Gran Turismo 7 análisis PS5 y PS4

Mención especial merece también la iluminación. Polyphony Digital se ha esmerado para recrear cada localización al detalle, y eso incluye variaciones atmosféricas en función de la hora del día o el clima, que se dejan notar decisivamente en el tipo de luz solar. Además, por la noche, el cielo se llena de estrellas e, incluso, pueden observarse los planetas.

La única pega es que, de noche y en ciertos túneles, hay coches con los que no se ve nada. No sabemos si es por los faros del propio vehículo, incapaces de rasgar la oscuridad, o por algún tipo de fallo pendiente de subsanarse. Pero no es algo que empañe el conjunto, tremendamente vistoso.

Análisis Gran Turismo 7

Además, hay que destacar la importancia que tiene la música en el juego, tanto en lo ambiental como en lo jugable. La banda sonora consta de más de 200 canciones de todos los géneros imaginables, con muchos temas históricos de la saga, especialmente del gran Daiki Kasho.

Pero lo que más llama la atención es Rally de música, un modo secundario que, al estilo de los arcades con checkpoints de toda la vida, nos invita a pisar el acelerador al ritmo de la música. Asimismo, hay una variante de las repeticiones que genera montajes de planos en base a la canción que esté sonando.

Un todoterreno dentro y fuera de la pista

Todo eso entronca con lo que decíamos al principio de este análisis y review de Gran Turismo 7 para PS5 y PS4. Polyphony Digital no se ha limitado a hacer el mejor juego de coches posible, sino que, al mismo tiempo, ha querido darle una dimensión artística, pedagógica y de homenaje a la cultura del automóvil que funciona sorprendentemente bien.

Pocas sagas pueden presumir de llevar veinticinco años en el podio y, pese a tener un carril tan limitado para la innovación, seguir estando a la vanguardia. 

Cuando uno se pone al volante del Toyota Supra de Pedro de la Rosa dispuesto a batir su mejor tiempo en Trial Mountain, Deep Forest Raceway o High Speed Ring, siente que, de algún modo, está subiendo en un DeLorean y viajando en el tiempo.

VALORACIÓN:

Polyphony Digital ha vuelto a las raíces con un simulador de conducción que, aun siendo como siempre, se siente como nunca, merced a su singular enfoque artístico y pedagógico. Tiene algún que otro problema de equilibrio, pero, tanto en el asfalto como más allá de él, es un digno sucesor de los veinticinco años de legado de una saga histórica.

LO MEJOR:

La pasión por el automovilismo que desprende. La generosa base de coches y circuitos. El manejo, con volante y con mando. El apartado audiovisual.

LO PEOR:

Algunos altibajos en la progresión y en el enfoque de ciertas carreras. Que no haya noche y lluvia en todas las pistas. La obligatoriedad del online.

Plataformas:

PS5

Versión comentada: PS5

Hobby

90

Excelente

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