Análisis Legend of Keepers para Nintendo Switch y PC - se busca gestor de recursos inhumanos para mazmorra

Inspirado por clásicos como Dungeon Keeper, con el que incluso comparte parcialmente título, lo nuevo de Goblinz Studio tiene un punto de partida muy bueno: entramos a trabajar en Mazmorras S.A. una empresa de seguridad en la que nuestro objetivo es impedir que los héroes roben el oro de las mazmorras.

Por decirlo mal y pronto, como vamos a ver en este análisis de Legend of Keepers para Nintendo Switch y PC nos unirnos al bando de "los malos" para gestionar los efectivos, las trampas y colocarlos estratégicamente por las mazmorras para repeler a los visitantes no deseados. Todo, por supuesto, con mucho humor.

Su planteamiento, a caballo entre juego de rol, gestión y roguelite, nos pone al frente de una de estas unidades de defensa de mazmorras, y nos convierte en el gestor que debe lidiar con diversos problemas, desde la gestión directa de los recursos (dónde colocar a cada efectivo para repeler los ataques) a mediar en los problemas que puedan surgir entre los recursos "inhumanos" (peleas, huelgas...) o incluso decidir qué hacemos "en el día a día".

El menú principal de Legend of Keepers es una suerte de "agenda",  que va listando las tareas que podemos hacer en cada semana. En muchas ocasiones confluyen dos o más tareas, y somos nosotros quienes decidimos cuál hacemos (las demás se descartan automáticamente), y hasta que no la completamos no pasamos a la siguiente.

Estas tareas pueden consistir en enviar efectivos a una misión de escolta (cosa que no vemos), pagar a un entrenador para que mejore a nuestros efectivos, que el médico visite a toda la tropa, comprar en un mercader nuevas unidades o trampas... 

Aquí también pueden aparecer aparecer tareas que impliquen decidir, por ejemplo en una pelea entre empleados, si gastamos el dinero de una apuesta en una fiesta para mejorar la moral... siempre suelen ser chorradas que o bien se ríen del rol mazmorrero, o lo combinan con situaciones reales, dando pie a situaciones muy simpáticas y surrealistas.

Cabe dejar claro que todas estas tareas se desarrollan a través de pantallas estáticas, en las que a menudo elegimos entre varias opciones, aceptamos... y listo, aunque luego vengan las consecuencias morales sobre los empleados. Es decir, son ágiles, y si tardas en completarlas es porque te pararás a leer los textos, que suelen ser muy ingeniosos y cuentan con una gran traducción al castellano.

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Muchas de estas tareas cotidianas nos reportarán oro, sangre o lágrimas, mientras que otras pueden requerir tener cierta cantidad de alguna de ellas... y debemos siempre jugar con estas variables para que nuestro equipo crezca (podemos optar por una vía más violenta, o asustar a los héroes para que huyan) y vaya mejorando para lo realmente importante: que no saqueen la mazmorra.

Antes de que entren los héroes a las mazmorras, que son aleatorias y cambian en cada ocasión, en Legend of Keepers contamos con la llamada fase de preparación. En esta fase tendremos que asignar a los empleados que tengamos por un par de salas (no más de tres empleados por sala), hacer lo propio con las trampas...

No es una decisión simple, dado que cada héroe y cada uno de nuestros empleados tiene unas fortalezas y debilidades, que son claves para alcanzarse con la victoria. Existen las afinidades y debilidades elementales, mayor resistencia o daño a los ataques físicos, una barra que indica el nivel de miedo para hacer que huyan... Por influir, hasta influye si los ponemos los primeros a la hora de atacar o los últimos en la formación.

Y no sólo eso: nuestras unidades también tienen un sistema de fatiga y motivación, por lo que debemos evitar abusar de ellas, lo que nos invita a rotar entre los efectivos que tengamos (podemos armar dos equipos de seis unidades y dejar al resto en una guarnición)  y salir de nuestra zona de confort.

Una vez desplegadas todas las piezas sobre el tablero, comienza el ataque de los "Héroes". Las salas que tienen a nuestros empleados, los combates son por turnos, y podemos elegir entre los ataques disponibles de cada unidad (a veces afectan a todos los héroes, a veces sólo a uno). Si los héroes van "mazaos", los probable es que se carguen a los empleados y pasen a la siguiente sala.

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Otras salas pueden contener trampas con efectos (daño elemental, alterar algún estado...), o podemos activar hechizos (como que los siguientes empleados causen más daño). Así, si en alguna de estas salas acabamos con toda la vitalidad de los héroes, o huyen, habremos protegido nuestra mazmorra.

Pero si toda nuestra estrategia fracasa, queda un último bastión, un "master" o jefe de la mazmorra, un ser más poderoso que cuenta con más vida y un abanico de ataque más bestias para defender el cofre. Son personajes que podemos ir desbloqueando a medida que subimos de nivel, aunque diremos que empezamos con un centauro esclavista y podemos desbloquear a una ingeniera, una encantadora...

Con cada mazmorra protegida, ganamos oro y experiencia que nos hace ir subiendo de nivel... y este es a grandes rasgos el bucle del juego. Si muere hasta el maestro de la mazmorra, volveremos a empezar de cero, aunque conservando el nivel adquirido, por ejemplo (de ahí el roguelite). Del mismo modo vamos desbloqueando nuevas habilidades, talentos, rituales, que van añadiendo más capas a estas posibilidades.

En cierta medida es un juego que, salvando las distancias, nos ha recordado a lo que hizo Kingdom Two Crowns con la gestión de un reino y el control con un único botón, en tanto en cuanto ambos juegos logran "simplificar" los géneros de los que beben, sin perder su esencia.

Ahora bien, ¿es Legend of Keepers para todo tipo de jugadores? Pues depende, y mucho. Como hemos dicho, el juego derrocha simpatía y eso es uno de sus principales activos para atrapar. Y pese a contar con variados héroes, empleados, fortalezas y debilidades, lo cierto es que por encima de todo ese entramado, es un juego sencillo y directo.

Pero dejando a un lado opciones de gestión y mejoras de las unidades, ese es el bucle del juego y no hay mucho más fuera de ello: decide qué hacer para defender la mazmorra, en ocasiones elige a qué héroes te enfrentas (una opción con nivel más bajo y peores recompensas u otra con nivel más alto y mejor botín), y sigue decidiendo en qué gastar el oro, qué hacer en un conflicto entre trabajadores...

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Es decir, puede ser completamente normal que pasadas las primeras horas, Legend of Keepers te resulte algo repetitivo. Porque aunque cambien las unidades en combate, las trampas, se añada alguna opción nueva o las tareas que elijas realizar, lo cierto es que la jugabilidad de siente algo plana pasada la sorpresa inicial. O al menos eso me ha parecido a mi. Puede que a ti te atrape su sencillez y su bucle jugable.

Legend of Keepers llega con todos unos ciudados textos en castellano, voces en inglés y buenos efectos. Cuenta además con un atractivo pixel art, que destaca especialmente en los diseños de los personajes, las animaciones de sus ataques, las pantallas estáticas de muchas tareas o los fondos de las mazmorras (que insistimos, son aleatorias y varían en cada partida).   

Pero sin duda, su mayor defecto, al menos a la hora de jugar en modo portátil de Nintendo Switch, es algo recurrente en muchos juegos con un componente rolero: los textos son diminutos, y prácticamente ilegibles. Es algo que me pasó con The Darkest Dungeon, y que aquí se repite.

No han sido pocas las veces que mientras realizaba este análisis de Legend of Keepers he tenido que sacar una captura, salir al visor de imágenes y ampliarla para leer los textos. No niego que cada vez estoy más cegato, pero ni con gafas recién graduadas he sido capaz de leer algunos textos. Ya si quieres meterte en detalle de  descripciones, debilidades y demás... pues misión imposible salvo que tengas vista de lince.

Quitando esto, Legend of Keepers es una interesante propuesta, que con su sencillez y simpatía sabe cautivar, aunque también es un arma de doble filo, y puede acabar cansando rápido, sobre todo si eres de los que lleva mal la repetición y los bucles en un juego.