Análisis de Overcooked 2 para Nintendo Switch, PS4, Xbox One y PC

Casi desde sus orígenes, los videojuegos también se han asomado al mundo de la restauración y la gestión de locales en los que debemos atender las comandas y pedidos de los visitantes. Ahí quedaron para la posteridad clásicos como Burguer Time, Tapper, los más recientes Cooking Mama o joyas que inexplicablemente nunca llegaron a Europa, como el magistral Ore no Ryore de PlayStation.

Juegos de cocina que, en su mayoría, se han centrado de una manera más o menos arcade en distintos aspectos del cocinado... aunque ninguno con el estilo de Overcooked!, un éxito indie que arrasó en 2016 y que, por derecho propio, se convirtió en uno de los mejores juegos de Nintendo Switch para cuatro jugadores. Ahora, nos llega su secuela Overcooked! 2 para PS4, Nintendo Switch, Xbox One y PC, de nuevo, obra de Ghost Town Games.

Para quien no disfrutó del original, no está de más recordar que en él hasta cuatro jugadores debían compartir cocina y sacar adelante todas las comandas que fueran llegando (y que aparecían en la parte superior izquierda de la pantalla). Picar lechuga, freír carne, lavar los platos sucios o apagar los fuegos que pudieran surgir por un despiste eran sólo una parte de las tareas que debíamos realizar, intentando siempre organizar y priorizar los quéhaceres para ser lo más eficiente posibles.

Un juego que de manera bastante desenfadada era en realidad un título de gestión, en el que debemos priorizar tareas, tiempos y acciones ya sea jugando sólo (podemos alternar el control entre dos cocineros) o jugando con tres amigos más de forma local. Todo con un tono bastante ligero, desenfadado, y con locuras como cocinas con partes móviles, que dificultaban la preparación de nuestras elaboraciones.

Sobre esa base, llega ahora Overcooked! 2. La base, el corazón del juego, sigue siendo exactamente el mismo, con el mismo control (con un botón cogemos y soltamos los objetos, con otro realizamos acciones como picar, con un tercero esprintamos...) y las mismas mecánicas. Si jugaste al original, te vas a sentir como en casa.

Pero a este núcleo duro y ya efectivo de por sí, Ghost Town Games ha añadido un montón de pequeños matices y detalles que hacen que esta secuela sea más redonda y divertida si cabe. No hay ni un aspecto o elemento que no haya crecido, ayudando a que el resultado final sea superior.

Para empezar, frente al original, que era una experiencia multijugador exclusivamente local, Overcooked! 2 introduce el componente online y ahora podemos jugar con amigos de forma remota, tanto a la campaña, como a los modos arcade o versus. Todo está integrado desde el menú principal, antes de poder elegir modo. Formamos grupo, y entramos en la partida como si estuviéramos juntos.

En el caso de la versión de Nintendo Switch no es posible la comunicación oral a través de un headset, quedándose por el camino un elemento fundamental del juego: la necesidad constante de coordinarse con los demás jugadores. En su lugar, lo único que hay es un simple y rudimentario sistema de emoticonos para indicar que tarea estamos realizando (o vamos a iniciar).

Las opciones online son las justas: podemos crear una sala para amigos, unirnos a una sala organizada por amigos, crear una sala abierta para otros jugadores, o buscar sesiones de terceros. De este modo, se cubren todas las posibilidades.

Dejando a un lado el componente online, la segunda gran novedad de Overcooked! 2 es la inclusión de un botón para lanzar ingredientes, ya sean crudos o cortados, que nos permite desde pasarle rápidamente un ingrediente a un compañero o "encestar" el ingrediente en una olla o sartén, por ejemplo. Es una forma de optimizar los tiempos, y de agilizar acciones jugando solos.

No menos importante son la cantidad de novedades que hay dentro de las cocinas. No sólo en cuanto a recetas (desde sushi, pizza, burritos...), sino incluso a la maquinaria que utilizamos (hay, por ejemplo, un mezclador) o los obstáculos y dificultades que nos esperan en las cocinas.

Por ejemplo, en una escuela de magia encontramos portales que nos permiten viajar inmediatamente a las distintas islas que componen la cocina (una tiene los ingredientes, otra los puntos de cocinado...), o escaleras que aparecen o desaparecen pasado un tiempo (¿alguien ha susurrado Harry Potter?).

Tampoco faltan piezas móviles que no controlamos (por ejemplo, cocinamos en dos balsas mientras navegamos por un río), cintas transportadoras que activamos pulsando un botón y otras muchas locuras que no contamos por no destripar nada a nadie. Cada nueva cocina es un desafío y una prueba a nuestra coordinación y gestión de microtareas.

En este sentido, destaca el inventivo y original diseño de cada escenario. Algunos comienzan, por ejemplo, en un globo... que acaba estrellándose contra el suelo y cambiando por completo la colocación de sus elementos. Identificar rápido dónde está cada elemento, y organizar la cocina es clave, y hay que estar siempre parado para cambios, sorpresas... y lo que pueda surgir.

Lo que no ha cambiado nada es el sistema de puntuación: cada comanda que sirvamos nos reportará una serie de puntos, y en cada nivel tendremos que alcanzar unas determinadas cotas para ser premiados con hasta estrellas (vamos, al estilo de muchos arcades de móvil).

Tampoco ha cambiado su sentido del humor y la simpatía general del juego, que se deja ver desde el propio comienzo del modo historia: el Pan Demonium ("un-bread" en inglés, en un evidente guiño a los zombis), se han levantado de su tumba en el Reino de la Cebolla, y alguien tiene que llenarles el estómago para descansen en paz.

Es sólo la excusa para que, de nuevo, cojamos nuestro food truck y viajemos por el mundo aprendiendo recetas. De este modo, en Overcooked! 2 también nos desplazamos por un mapa general, con vista isométrica, en el que vamos siguiendo un camino u desbloqueando nuevas paradas (debemos tener un mínimo de estrellas para poder desbloquearlas). Si no tienes suficientes estrellas, toca volver atrás y repetir algún nivel hasta conseguirlas.

La novedad aquí es que, para hacer algo menos simple este paseo por el mapa, ahora tenemos que buscar interruptores que levantan rampas o abren nuevos caminos. Es una chorradita, pero de nuevo, es una pequeña mejora sobre lo que ya había.

Aún con todo, como hemos dicho al principio, el núcleo sigue siendo muy familiar. Si jugaste al primer Overcooked!, no vas a tener problema para coger el ritmo pronto. Aunque novedades como el lanzamiento modifican la forma de jugar, las sensaciones siguen siendo las mismas.

Del mismo modo, a pesar de la variedad de modos, sigue faltando un modo "infinito", que nos rete a ver cuánto aguantamos cocinando, incluyendo más recetas en un mismo nivel (casi todos los niveles están acotados a una o dos recetas con variaciones).

Gráficamente tampoco han cambiado mucho las cosas: sigue siendo un juego simple, con gráficos "cartoon", pero que derrochan simpatía y que tampoco necesitan más para cumplir su objetivo. En este sentido, lo único "criticable" es que en los momentos más caóticos puede resultar difícil ver con claridad todos los iconos de todos los platos ingredientes y elementos (algunos se llegan a superponer sobre otros).

Pero, aún con todo, Overcooked! 2 sigue siendo un divertidísimo título que merece estar entre los mejores juegos de Nintendo Switch, y que no podemos dejar de recomendar a cualquiera  que quiera pasar un buen rato jugando en modo cooperativo, porque simplemente, no hay nada tan divertido en ninguna plataforma.

Además, esta versión de Nintendo Switch es ideal para jugar en cualquier parte con tres amigos (basta con un Joy-con por jugador), más si cabe si tenemos en cuenta que no es de los juegos que agota la batería rápido. Y si encima no jugaste al primero, las buenas sensaciones se multiplicarán todavía más...