Análisis de The Persistence - Terror espacial para PSVR

Firesprite el estudio responsable de The Persistence son veteranos de Liverpool Studios y Psygnosis, lo que ya es una garantía. Antes de embarcarse en esta aventura de terror y ciencia ficción, ya habían demostrado su dominio del hardware PlayStation VR con títulos como The Playroom VR (un compendio de minijuegos multijugador en realidad virtual para PS4) y Run Sackboy Run! aunque sobre todo les recordamos por la saga de carreras Wipeout. 

Con un año de retraso, por fin podemos disfrutar de este "survival horror" en primera persona, que no sólo es uno de los mejores juegos que han llegado al dispositivo de realidad virtual (y eso que el terror es el género que más se repite) sino que además incorpora decisiones de diseño muy arriesgadas, y que funcionan a la perfección.

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Gritos en el espacio

The Persistence transcurre a bordo de una nave espacial del mismo nombre. que ha quedado a la deriva en un agujero negro, se suma así a otras naves "malogradas" de la ciencia ficción como la Nostromo de Alien, la Event Horizon de Horizonte Final o la USG Ishimura de Dead Space. Por sus pasillos, oscuros y retorcidos, pululan los antiguos miembros de la tripulación y cuerpos impresos por error, ahora convertidos en un catálogo de aterradoras criaturas. La verdad es que desde que nos ponemos el headset de PSVR y empezamos a jugar, tenemos una sensación inquietante, y la construcción de la nave lo hace todavía más aterrador.

Las mecánicas básicas consisten en utilizar el sigilo para eliminar una a una a las criaturas, activar el motor de hipersalto y conseguir salir con vida. Pero lo más interesante es que el juego está diseñado como un "roguelike" y cada vez que nos eliminan -lo que ocurrirá unas cantas veces- controlamos a un clon diferente de la agente de seguridad Zimri Eder. Por si no fuera bastante, cada muerte significa también la generación de un nuevo mapa, mediante arquitectura procedimental. El resultado es que nunca vamos a recorrer dos veces los mismos niveles. Aunque podemos superar el juego en algo más de cuatro horas, resulta muy rejugable. 

Y una vez que lo hayamos superado, podemos jugar en el modo supervivencia, así que la duración está garantizada. 

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Los controles adaptan el sistema que mejor ha funcionado hasta la fecha para evitar mareos mientras jugamos. Nos desplazamos con los sticks o mediante teleportación, y podemos girar de manera continua o en pequeños ángulos, según nuestras preferencias. En este caso, las gafas de realidad virtual nos permiten asomarnos por detrás de esquinas y parapetos para seguir los movimientos de los monstruos sin ser vistos: es una solución ingeniosa, que aquí funciona mucho mejor (por ejemplo) que en Team Bravo -un "shooter" con coberturas compatible con el mando Aim Controller-.

Un equipo muy sofisticado

Los interruptores y terminales se activan de manera automática, basta con colocar el puntero, que manejamos con la cabeza, sobre ellos y acercarnos lo suficiente. Y ese mismo sistema es el que utilizamos para apuntar, porque los enemigos son sólo vulnerables en puntos determinados (podemos disparar con nuestra recolectora a su nuca para conseguir células madre, con las que mejorar nuestro clon). Por último, contamos con un sensor de presencia, que nos indica qué hay a través de las paredes, pero sólo está activo unas décimas de segundo. 

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Como veis, la cosa se complica con muchas opciones. Para combatir podemos utilizar un escudo -que sólo se activa un instante- y golpear con la culata del arma, y además el arsenal se puede mejorar a medida que avanzamos, e incluye dispositivos tan avanzados como una bomba de tiempo, que ralentiza lo que ocurre a nuestro alrededor. Pese a la cantidad de armas, modificaciones y distintas "monedas" repartidas por el juego, el avance es bastante sencillo... siempre que no le cojamos miedo. 

Una atmósfera terrorífica

Aunque The Persistence utiliza una serie de "trucos" muy vistos, la verdad es que pone la piel de gallina. El terror se basa en escenarios muy oscuros, el constante susurro de las criaturas y la sensación de fragilidad, ya que si no usamos el sigilo, estamos perdidos. Todo esto funciona a las mil maravillas en el entorno virtual, y claro, nos llevamos unos cuantos sustos en todo el desarrollo. 

La munición de las armas pesadas (hasta un revólver de calibre .45) es muy escasa, y tenemos que consultar el mapa a menudo para no perdernos en el laberinto de pasillos y compuertas.

No es tan aterrador como Resident Evil 7 Biohazard, o como la demo The Kitchen, pero sí nos lo ha hecho pasar peor que los dos Until Dawn que han aparecido en PSVR o Syndrome, que tenía un planteamiento similar. El diseño de las criaturas está muy conseguido, y tienen la inteligencia justa para las que pasemos "canutas" tratando de ponernos a su espalda. 

Multijugador asimétrico

Si antes hemos mencionado que había soluciones de diseño muy ingeniosas en los escenarios de The Persistence, lo que han conseguido con el multijugador no lo es menos. Hasta cuatro amigos en modo local se pueden sumar a la partida (esto es algo que ya habíamos visto en The Playroom VR). Mientras el protagonista se mueve por la nave, sus compañeros pueden descargar una aplicación al tablet o smartphone para echarle una mano (avisándole de la presencia enemiga, conectando interruptores...) o jugar en su contra enviando criaturas a su zona. 

Como The Persistence recompensa tanto las acciones "buenas" como el hecho de que nos pongamos de parte de los monstruos, se genera un clima de desconfianza con los jugadores que tenemos sentados al lado, que lo hace aún más divertido. 

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Un juego que da miedo

Por si no lo hemos dejado claro hasta ahora, el juego de Firesprite consigue ampliamente su objetivo, que es hacernos pasar un mal rato. Técnicamente se muestra muy sólido: tanto los escenarios como las criaturas están detallados, aunque echamos en falta un poco más de variedad en ambos. 

El apartado sonoro es otra de sus grandes bazas, aunque no está doblado al castellano, tanto la música como los efectos se mantienen a un buen nivel. Y hay que tener en cuenta que el argumento del juego se desarrolla a través de las conversaciones entre Zimri y una Inteligencia Artificial, de modo que el idioma sí puede resultar una desventaja para quienes no sepan inglés, que tendrán que leer la traducción, lo que te saca un poco de la atmósfera.

The Persistence es una estupenda experiencia, que sabe sacar partido al headset PSVR y se convierte en uno de los mejores títulos en realidad virtual de lo que llevamos de año.