Análisis de Resident Evil 0 para Nintendo Switch

Hace un par de días, Capcom lanzó tres entregas de la serie Resident Evil en Nintendo Switch. Ya os hemos hablado de qué nos ha parecido el port de Resident Evil 4, una de las entregas más exitosas de la saga, en breve lo haremos de Resident Evil Remake y hoy nos toca el turno de hacer lo propio con Resident Evil 0, una de las entregas menos conocidas, y el último RE clásico, con cámaras prefijadas, que vio la luz.

Para ir directos al grano, diremos que esta adaptación toma como base el remaster que se lanzó a principios de 2016 para casi todas las consolas disponibles por entonces y PC. En nuestro análisis de Resident Evil 0 Remaster para PS4, Xbox One, PS3, Xbox 360 y PC os hablamos largo y tendido del contenido y las mejoras que ofrecía, por lo que si quieres conocer la trama, modos y extras desbloqueables, os recomendamos que leáis ese artículo, ya que aquí pasaremos por encima para centrarnos en las características de esta versión de Switch...

Amplía la capacidad de tu Nintendo Switch al mejor precio con esta microSD de 128 GB

Resident Evil 0 para Nintendo Switch es, exactamente, el mismo juego que vimos en 2016, tanto en términos de contenido, como de mejoras técnicas: cuenta con opciones para jugar en modo 4:3 y panorámico (que "estira los fondos" y los recorta para llenar toda la pantalla), nuevo sistema de control (aunque mantiene los controles tipo tanque por si alguien quiere la experiencia lo más parecido al original), y por supuesto, todas las mejoras gráficas tanto en escenarios e iluminación como personajes.

La historia nos pone en el pellejo de una vieja conocida, Rebeca Chambers, y Billy Coen, un reo condenado a muerte, justo en las horas previas a los incidentes del primer Resident Evil. La gracia de esta entrega es que, pasados los primeros minutos, ambos personajes forman equipo, y podemos alternar su control y definir cómo queremos que se comporte el personaje al que no manejamos (que dispare, que no nos siga... etc.).

En muchos sentidos, Resident Evil 0 es el último RE clásico, con cámaras prefijadas, puzles y todo aquello que hizo grande a la serie en Resident Evil 1, 2 y 3, y al mismo tiempo, por sus mecánicas únicas, sigue siendo una rara avis dentro de la serie. 

Porque, por si todavía no lo sabes, RE0  no es idéntico en absolutamente todo a otros RE. Para empezar, la introducción de un segundo personaje manejable, que puede estar alejado del otro, en otro punto del mapa, nos permite jugar de una manera ligeramente distinta, por ejemplo, separando a los dos personajes para superar un puzle, algo que sucede en varios puntos de la aventura.

¿Te quedas con ganas de más zombis? Pues tienes más en nuestro análisis de Resident Evil 2 Remake

El otro gran cambio es que nuestro inventario está muy, muy limitado... y en ningún momento de la aventura lo podemos mejorar, ni existen baúles donde dejar cosas. Esto acaba redundando en que el segundo personaje se convierte en un "baúl portátil", con el que tenemos que estar constantemente cambiando objetos. Podemos dejar, por ejemplo, armas en el suelo y aparecerán en el mapa, por si tenemos que volver a por ellas en algún momento.

¿Son estos cambios malos? Pues todo depende de tus gustos, pero sí son mecánicas que, en mucho casos, invitan a volver a zonas ya visitadas y repetir a menudo algunos paseos, dejando cierta sensación de "dejá vù" y repetición.

Pero ese aspecto no es el peor y es inherente al diseño del juego: lo peor de esta versión de Nintendo Switch son los tiempos de carga, que en cierto modo, ralentizan el avance y rompen en algunos momentos el climax. Y es que, cada vez que abrimos una puerta o subimos una escalera, en la parte inferior derecha aparece un indicador de carga, que puede extenderse entre 5-12 segundos de media, aproximadamente.

No llegan a ser tiempos excesivos, pero sí que son lo suficientemente largos como para acabar afectando a la larga, sobre todo si lo comparamos con las versiones que vimos en 2016, y sobre todo, que en ocasiones anticipan que "algo" va a pasar, como una escena de vídeo que presenta un enemigo, lo que de nuevo rompe un poco las posibles sorpresas. Para ejemplo, este fragmento de abajo...

El control, por su parte, adolece de los problemas que tenía en las anteriores versiones, y es que si hacemos un cambio brusco de dirección, para reajustarnos con el nuevo ángulo de cámara, a menudo acabaremos yendo en la dirección que no queremos o por donde hemos venido. ¿Es grave? No, pero y con el tiempo uno se acaba acostumbrando... pero tampoco se ha aprovechado este port para corregirlo.

Por último, el precio. 29,99 euros en formato digital nos parece excesivo, si tenemos en cuenta que en otras plataformas, como PS Store o el bazar de Xbox, está disponible por 19,99 euros. Esa diferencia de precio tendría sentido si se hubiera añadido algo nuevo, pero como hemos dicho, no es el caso. No hay ni un traje, ni un modo ni nada... Suma que ocupa 13, 5 GB.

Además, en Europa no se ha lanzado en formato físico, y en USA y Japón, está disponible junto a RE Remake, aunque sólo RE0 está en la tarjeta (el otro es un código digital). Son quizá, los puntos más en contra que tiene el juego, pero si no jugaste en su día al RE clásico menos convencional y conocido, y te apetece probarlo en modo portátil, es sin duda la única versión que te lo permite.

En cualquier caso, por el mero hecho de contar con menores tiempos de carga y costar menos, las otras versiones deberían ser tu primera opción, salvo que, insistimos, quieras jugarlo en modo portátil en Nintendo Switch. Como decimos, ninguno de sus problemas es grave: es sólo que, llegando el último a la fiesta, Capcom debería haber cuidado más las cosas con esta versión (insistimos, en gráficos y todo lo demás, está prácticamente a la altura de las demás versiones).