Análisis de Taiko no Tatsujin Drum´n Fun para Nintendo Switch

Taiko No Tatsujin (el maestro del tambor) nació en los salones recreativos. Era una de esas enormes máquinas, que en lugar de controles, contaba con dos tambores tradicionales japoneses y sus correspondientes baquetas de madera, llamadas bachi. Hay dos formas de tocar el taiko, que aparecían perfectamente representadas en el juego: o golpeamos la piel para producir un sonido grave, o golpeamos el borde de madera, para tener un sonido seco y agudo. Suficientes para seguir el ritmo de las notas que aparecían en la pantalla y acompañar un buen catálogo de canciones. 

Aquel juego apareció en 2001, y parecía imposible de trasladar a una consola... pero entonces Bandai Namco desarrolló una versión doméstica del tambor, y la serie acabó llegando incluso a los teléfonos móviles. Ahora nos encontramos con Taiko No Tatsujin Drum´n Fun para Nintendo Switch, que no ha cambiado en las mecánicas -sigue tratando de tocar el tambor, como es lógico- pero ha evolucionado en los aspectos jugables.  

Pero comencemos por el principio, ¿cómo es el tambor? Lamentablemente el taiko no está incluido en la edición normal del juego, y ya os adelantamos que si no os hacéis con este periférico, pierde gran parte de la "gracia". Por suerte, hemos tenido ocasión de probarlo. Es un tambor algo más pequeño de lo que nos gustaría, que tiene un montaje muy sencillo (tan sólo hay que colocarle las patas) y está diseñado para jugar sobre una mesa. En la parte inferior de la "piel" tiene los botones de un joy-con, para que podamos navegar cómodamente por los menús, y los bachi, aunque parecen demasiado ligeros, tienen un buen tamaño. 

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Es suficiente para que juguemos, bien conectándolo al dock de Nintendo Switch a través de un puerto USB o al puerto de carga de la consola en formato tabletop, a través de un adaptador.  Y además soporta bastante bien la "caña" que le podemos dar a un accesorio así. Ahora que nos hemos remangado y hemos colocado el instrumento, es el momento de hacer música... o algo que se le parezca, dada mi habilidad rítmica. 

Un repertorio musical de nota

La selección de canciones es enorme, aunque la mayoría de ellas son temas de pop japonés (o composiciones exclusivas para el juego) que no hemos escuchado nunca. Sin embargo, en las secciones de anime encontramos temas de Mi vecino Totoro, Dragon Ball, One Piece o la película Your Name, que suponen una agradable sorpresa. Y ahí no acaba la fiesta, porque entre los greatest hits de Taiko No Tatsujin para Nintendo Switch también hay temas de videojuegos de Nintendo (no os perdáis Jump Up Superstar de Super Mario Odyssey, Alola de Pokémon, Yokai Watch o una versión medley de Splatoon 2...).

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En general, hay cantidad y variedad para que le saquemos todo el partido a nuestro taiko en el modo "tradicional". Sacad vuestra libreta, porque de inicio -sin contar las desbloqueables- el modo taiko cuenta con 13 canciones pop, 16 temas de anime, 3 composiciones vocaloid, 7 melodías enmarcadas en la categoría varios, 4 temas de música clásica, 8 bandas sonoras de videojuegos y 13 originales. Eso hacen un total de 63 niveles, que se pueden jugar en cuatro modos de dificultad.

Ya sabéis que estas melodías están descompuestas en tambores rojos (golpear en el centro) y azules (golpear en el canto), y se "adornan" con redobles y movimientos especiales, con los que conseguir mayor puntuación. Cuanto mayor es la dificultad, más notas aparecen en pantalla, y también lo hacen a mayor velocidad, así que se complica dar en el momento justo. 

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Sólo le ponemos una pega a este catálogo musical; pero es importante. No cuenta con las canciones tradicionales japonesas en que sólo se escuchan taikos -al estilo de grupos como Yamato- o con un modo libre para tocar a gusto.

Cómo no me voy a reír, pero si es una fiesta

Minipunto para el que haya pillado la gracia del titular. La principal novedad de Taiko No Tatsujin Drum´n Fun es el modo festivo, en que nos enfrentamos a pruebas de ritmo relacionadas con el folklore japonés, en modo cooperativo o competitivo para un máximo de 4 jugadores. Son minijuegos basados en sorber los fideos de ramen, luchar con los pasos de las procesiones, golpear los daruma (esas cabezas que conceden deseos) o representar teatro kabuki, junto a otros juegos populares más conocidos en la cultura occidental como la rayuela, el volley playa o el escondite inglés. 

La verdad es que todas estas pruebas musicales están representadas con mucha imaginación, aunque al final el desarrollo siempre se limita a pulsar los botones (o golpear el taiko) en el momento adecuado. Si bien pueden ser un poco sosos cuando lo jugamos en solitario, hay que reconocer que en el multijugador lo vamos a pasar muy bien. Es uno de esos juegos que se adapta perfectamente a quienes nunca hayan tocado el mando de una consola, así que es la oportunidad perfecta para arrastrar a tíos, padres o abuelos a nuestra partida... y ganarles sin misericordia (esto es un chiste, no os lo toméis a la tremenda o no volverán a jugar a Taiko No Tatsujin).

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Ya hemos adelantado que podemos conseguir nuevas canciones, pero eso no es todo. A medida que superamos los 20 minijuegos también se desbloquean versiones "experto" de los mismos, y tenemos acceso a nuevos personajes con habilidades especiales. Y como se trata de un juego de Switch, entre estos personajes también está Kirby o el calamar de Splatoon.  

No eres nadie sin un tambor

Ahora vamos al tema más complejo del análisis de Taiko No Tatsujin Drum´n Fun, que por suerte no tiene que ver con el baile ni con el karaoke. ¿Cómo se controla el juego en una Switch sin periféricos? Desde luego el modo más sencillo -con el que nos pasaremos la mayor parte de las pruebas y canciones sin pestañear- es con un mando PRO. De este modo, se trata de pulsar dos botones en el momento adecuado. Es fácil, pero no tiene encanto. 

Sobre el papel, es mejor la opción de separar los dos Joy-Con y moverlos como si fueran las baquetas. Un golpe hacia delante para tocar la nota central, y un movimiento diagonal para hacer "ka" en el canto. El problema es que la detección de movimientos falla bastante cuando se trata de algo tan preciso, así que este modo tampoco es muy recomendable. 

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La tercera opción, si jugamos en modo portátil, es usar la pantalla táctil de la consola (el juego permite conectar varias Nintendo Switch para el multijugador). En este modo, aparece un tambor en la parte inferior de la pantalla y resulta bastante intuitivo (para hacer "ka" podemos tocar fuera de la superficie del taiko).

Se agradece esta variedad en los sistemas de control, pero si volvéis a leer el título de este apartado, ya queda claro que nada es comparable al tacto del tambor, aunque sea de plástico. Si os hacéis con él, seguro que pasáis muy buenos ratos con este juego musical, que le saca el máximo partido a nuestro sentido del ritmo. Y como decían en Barrio Sésamo, mejor con amigos.