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Crítica de Borderlands, adaptación del videojuego que carece de alma

Borderlands (2024)
Foto del redactor Javier Escribano MuñozFoto del redactor Javier Escribano Muñoz

Crítica de Borderlands, película basada en el videojuego de disparos de Gearbox dirigida por Eli Roth y protagonizada por Cate Blanchett, Ariana Greenblatt, Kevin Hart y Jamie Lee Curtis.

Una nueva adaptación de un videojuego llega a las carteleras, buscando repetir el éxito que han tenido películas como Super Mario Bros., Sonic o las series de The Last of Us y Fallout. Por fin, tras muchos años de retrasos y reshoots, llega Borderlands.

Dirigida por Eli Roth (Black Friday) y producida por Avi Arad en colaboración estrecha con el jefe de Gearbox, Randy Pitchford, la película de Gearbox asombró hace años cuando fue confirmando un reparto estelar: Cate Blanchett, Kevin Hart, Jack Black (que pone voz a Claptrap), Ariana Greenblatt, Florian Munteanu y Jamie Lee Curtis.

El talento delante y detrás de la cámara es incontestable, pero la película ha tardado tres años en llegar a las salas desde que se rodara en 2021, con una tanda de reshoots dirigidos por Tim Miller (Terminator) porque Roth estaba ocupado con otras películas.

¿Se notan esas complicaciones en cerrar la película en el resultado final? Tristemente, sí: pese a tener buenas intenciones y una estética conseguida, Borderlands no da la talla, dejará indiferentes a los fans del juego e insatisfecho a cualquiera que simplemente busque una película de aventuras con el espíritu de Guardianes de la Galaxia.

Buenas intenciones no bastan, y menos con tijeretazos de por medio

Borderlands se toma sus libertadas al contar la historia y situar a los personajes en el mundo, que sigue la premisa básica del primer juego de la saga: la mega Corporación Atlas descubre una cámara escondida en algún lugar del planeta Pandora, que tiene unos conocimientos y armamento de incalculable valor dejados por una especie alienígena.

Esto provoca que Pandora se llene de buscadores codiciosos que buscan hacerse con el botín, destrozando y saqueando todo a su paso mientras Atlas se forra a costa de la miseria de otros.

Los personajes escogidos para la adaptación, tomados de los primeros dos juegos, seguramente ya los conozcas por el ruido que generó su cásting, especialmente los casos de Cate Blanchett como Lilith, protagonista total, y Jamie Lee Curtis como Tannis.

Borderlands (2024)

Lionsgate

Pese a sus esfuerzos, el resultado de este casting estelar es contraproducente: parece que estemos viendo a las dos brillantes actrices haciendo cosplay del juego más que a auténticos personajes. Bien podrían ser NPCs...

Y la culpa es del guion, o lo que haya quedado de él, ya que Craig Mazin, guionista de la película, retiró su nombre y lo sustituyó por un pseudónimo después de los reshoots dirigidos por Tim Miller y escritos por Zak Olkewicz.

Puede que en su borrador original o incluso en un primer montaje en bruto, Borderlands fuera una digna película, con personajes interesantes, motivaciones justificadas y un buen equilibrio entre humor y corazón. Lo que ha quedado es una sombra.

En principio tiene todos los ingredientes para funcionar. El núcleo emocional Lilith, una despiadada cazarrecompensas, que evoluciona al encariñarse con Tina Chiquitina (Ariana Greenblatt), que aquí es la hija del jefe de Atlas, que sobrelleva el trauma de su infancia con explosivos.

Pero el gran fallo de la película es comenzar directamente entrando en acción, sin una presentación digna de personajes, en particular de Tina, que nos diga por qué deberíamos preocuparnos por estos personajes.

Posteriormente, hay giros y revelaciones (explicado de la forma más perezosa posible con diálogos) sobre las relaciones entre los personajes, momentos tiernos intercalados entre la acción y momentos catárticos que no funcionan en absoluto al faltar un ancla emocional que debería haber sucedido en el primer acto, aunque hubiera sido a costa de extender la duración.

Borderlands

Lionsgate

La película dura 102 minutos, y sí, es ágil y se pasa volando y es entretenida, pero nunca entramos en ella. Carece de alma, solo hay información, no hay emoción

Ni siquiera creo que sea culpa de Eli Roth. Fundamento esta crítica en culpar a ese ente maligno llamado "interferencias del estudio" y creo que no voy desencaminado, pero quizás la culpa es nuestra.

De haber criticado tantas veces que a las películas modernas "les falla el ritmo" y que son demasiado largas, el precio lo paga Borderlands, a la que le han chupado toda la sangre en las salas de montaje. Ciertamente, a Borderlands no le falla el ritmo, pero le falla casi todo lo demás.

¿Hay algo bueno? Sí, cosas que saltan a la vista: aunque ya fue criticada en su primer tráiler, yo estoy muy a favor de la estética de la película, el diseño de vestuario, y el maquillaje que ensalza las facciones al estilo de los gráficos "cel shaded". 

¿Parece un cosplay caro? Puede, pero acabamos de venir de Deadpool y Lobezno, que buscaba el aplauso fácil con el traje amarillo de Lobezno. No hay que avergonzarse de parecer un tebeo, o en este caso, un videojuego que no se avergonzaba de parecer un tebeo.

Es muy fiel al videojuego, y Claptrap es divertido y está bien animado (¿era necesario que fuera Jack Black, cuando casi ni se le reconoce con los moduladores de voz?).

También creo que la película salva con dignidad las escenas de acción, efectos especiales y localizaciones como los páramos de Pandora o la ciudad de Santuario, teniendo en cuenta que es una película de menor presupuesto que algo que saliera de Disney o DC (aunque... ni siquiera: con los reshoots, el presupuesto ascendió a 110 millones de dólares, un dinero que probablemente nunca recuperen).

Eso sí, pese a una primera mitad prometedora con tiroteos y persecuciones que parecen sacadas del videojuego, en la segunda mitad se vuelven más "tacaños": la escena de acción más larga sucede en una mina, el decorado más soso posible, no se ve prácticamente nada y encima llega a ser molesta por los destellos de luz.

Además hay que reseñar que, a diferencia de unos juegos holgadamente PEGI 18, la película es un estándar PG-13. La acción y violencia está muuuy suavizada.

Una película no es mejor por ser más o menos violenta, pero a falta de otra cosa al menos tendrías el morbo de ver la sangre y gore, que es la razón por la que me estoy viendo las ediciones extendidas de Rebel Moon, películas por otro lado infumables (esas sí que son pelis malas de verdad).

Borderlands, otra decepcionante adaptación de un videojuego

Qué pena. Esta adaptación del "looter shooter" de Gearbox prometía mucho, desde que se confirmara su estelar reparto hace ya larguísimos cuatro años. Pero los reshoots, escritos y dirigidos por otros, han acabado marchitándola.

Los retrasos continuos en su fecha de estreno transmitían indecisión por parte de Lionsgate de estrenarla, pero estamos convencidos de que, en alguna fase de su desarrollo, Borderlands hubiera sido una digna película: hay mucho talento frente a las cámaras y la estética es muy fiel al videojuego.

Pero el montaje final tiene muy poco salvable, un quiero y no puedo de imitar las dinámicas de un grupo de "misfits" encantadores como los Guardianes de la Galaxia, pero sin carisma, sin química entre ninguno de ellos, sin personalidad, sin tensión... Sin nada que enriquezca pasar una hora y media entretenida, pero vacía.

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VALORACIÓN:

Borderlands es la sombra de una buena película: se nota que hay intenciones, que el reparto tiene ganas y que quiere ser respetuosa con el videojuego. Pero es como si tuviera horchata en las ventas, no hay química entre el grupo y el escaso desarrollo de personajes está cojo por los "tijeretazos" del estudio, viniéndose todo lo demás abajo.

LO MEJOR:

La estética de la película: no le tiene miedo a parecer un cosplay, y eso demuestra genuino respeto por el videojuego.

LO PEOR:

El guion es atropellado y prescinde de anclaje emocional por ganar ritmo y llegar con prisa a un desarrollo de personajes que cae en saco roto.
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