Crítica de Echo en Disney Plus, una serie Marvel visceral, urbana y... ¿desubicada?

Después de que el UCM haya quedado bastante patas arriba a nivel cósmico, a raíz de lo visto en las series Loki y ¿Qué pasaría si...?, es el momento de un cambio radical de tercio para volver a las calles, a las peleas más urbanas y sucias. Disney Plus ha cumplido con lo prometido y ya está aquí Echo, una especie de spin-off protagonizado para la, en un principio, villana de Ojo de Halcón.

Así, en esta ocasión tenemos a una antiheroína en el papel principal. Ella es Maya Lopez, una matona de élite a las órdenes de Kingpin, que cuenta con las particularidades de ser sorda y tener una pierna protésica, pero eso no le impide ser una auténtica máquina de vapulear a todo aquel con el que se cruza.

Maya, además, proviene de una legendaria estirpe nativa americana, lo que será importante para la trama, no solo de cara a presentarnos las raíces culturales del personaje sino porque puede que ahí encontremos un potencial oculto que ella misma desconocía... De hecho, el arranque del primer episodio os va desconcertar un poco, porque pensaréis "qué raro, ¿la serie va a ir en esta dirección?"

Y no, por lo general la cosa no tira por ahí. Echo es una serie que pone una gran parte del peso en su actriz principal, Alaqua Cox, una chica que, como su personaje, tiene una pierna amputada, es sorda y de estirpe nativa americana. La idea es, como viene siendo costumbre en Disney, aportar otra capa de representación cultural, para que conozcamos a los nativos y cómo vive y siente alguien sordo.

En ese sentido, hay dos pilares muy potentes de la serie. De un lado, lo arriesgado y original de unas escenas en las que, muchas veces, hay dos personas sordas dialogando con lenguaje de signos o bien momentos en los que nos "ponemos en la piel" de Maya y no oímos nada, para intentar empatizar con ella. Y lo cierto es que están muy bien resueltas, son hasta instructivas.

El otro punto fuerte son las coreografías de acción. Como decíamos, Echo es una serie "sucia" (dentro de los estándares del UCM), más violenta, que gracias a ello nos presenta algunas coreografías de lucha muy intensas y espectaculares. Es ahí donde Alaqua da lo mejor de sí, con unos golpes que duelen de verdad y una expresividad física notable.

El problema es que, salvo por eso, el personaje de Maya Lopez se queda descafeinado, le falta chispa para que el espectador conecte con ella. Quizá es porque se pasa toda la serie con el ceño fruncido (pero bueno, el Castigador también y sin embargo nos molaba, ¿no?) o quizá es porque no se acaban de exponer sus motivaciones de forma correcta.

Claro, sabemos que la cosa va de labrarse un nuevo camino y romper los lazos con el legado del icónico Kingpin, pero... no acabamos de sentirnos interesados por la historia, como espectadores. Quizá falta algo de exposición o unos personajes secundarios más atractivos que ayuden a sustentar la trama.

¿Eh, qué decís, Daredevil? Sí, es verdad, Daredevil sale, pero no esperéis que sea la estrella del show. Lo poco que sale es muuuy espectacular (de lo mejor de la serie, de hecho), pero es algo testimonial. La historia no va sobre él. Kingpin sí, tiene mucha más presencia. ¡Y qué presencia! Vincent D'Onofrio vuelve a entregarse al personaje con una actuación bien medida y de voz aplastante.

Y aún así, tampoco basta para que la serie destaque. Por un lado, la supuesta trama de tensión sobre cómo él va a acechar a Maya acaba de calar. Para empezar, porque ya sabemos que Kingpin va a estar en la futura Daredevil: Born Again y, para continuar, porque su presencia vuelve a dosificarse en un esfuerzo por alargar unos cliffhangers que podrían haberse resuelto bastante antes.

Así pues, da la sensación de que la serie en su conjunto funciona a medio gas, se le "nota" demasiado su naturaleza de spin-off. 

No vamos a caer en el error de culpar a la falta de elementos superheroicos, porque Marvel, en los cómics, puede funcionar perfectamente con historias menos cósmicas y más humanas (cabeceras como Control de Daños o el propio Punisher lo demuestran), pero da la sensación de que toda Echo se podría haber condensado como trama secundaria de una serie más ambiciosa.

El hecho de que solo conste de 5 episodios (es la serie más corta del UCM hasta ahora) y de que se hayan estrenado de golpe, algo insólito también en estas series de Disney Plus, parece insinuar que sus propios responsables no tenían demasiada esperanza en ella.

A pesar de todo, aplaudimos que nos hayan hecho recapacitar sobre elementos sociales (las barreras que pueden encontrar las personas sordas o mudas en el día a día o la discriminación de las culturas nativas en EEUU) que normalmente no habríamos pensado ver en una producción de Marvel Studios; o que nos hayan brindado unas peleas de lo más atractivas y violentas.

Es una pena que el episodio final, aunque tiene unos planos muy hermosos, también demuestra ser bastante anticlimático con algunos momentos de pelea bastante torpes que rompen todo el punch demostrado al inicio.

En definitiva, Echo es una serie correcta, con destellos de brillantez, que nos recuerda esa época en la que Netflix mostró que Marvel podría ser más "terrenal" y funcionar. Con todo, su energía está algo dispersa, como... Sí, como un eco.