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Crítica de Huye, conejo, huye, el tedioso thriller psicológico de Netflix protagonizado por Sarah Snook

Huye, conejo, huye
Foto del redactor Javier CazallasFoto del redactor Javier Cazallas

Netflix apuesta por un thriller psicológico atmosférico con una gran carga de cinematografía a la australiana y la estrella de Succession al frente.

Uno pensaría que, con Succession recién terminada, es el mejor momento para que Sarah Snook aproveche su estrella y saque una nueva película. Ha sido Netflix quien ha recogido el guante y ha lanzado el nuevo proyecto de la actriz australiana.

Se trata de Huye, conejo, huye, un thriller psicológico dirigido por Daina Reid (Las luminosas, El cuento de la criada) y escrito por la guionista debutante Hannah Kent.

Netflix está despidiendo el mes con varias incorporaciones a su catálogo de contenido original. El viernes también tendremos el estreno de Nimona, la película de animación de Blue Sky Studios rescatada por Anapurna.

Pero vamos a lo que vamos. Hoy, en Hobby Consolas, os traemos nuestra crítica de Huye, conejo, huye. ¿Conseguirá este filme australiano atraparnos con algo más que la estrella de Succession?

Un thriller sin muchas pretensiones

La premisa de Huye conejo, huye nos pone tras la pista de Sarah, el personaje de Snook, una madre cuya hija comienza a mostrar comportamientos extraños y refleja recuerdos de otra vida que ella no debería conocer, pero Sarah sí.

El pasado comenzará a atormentar a esta doctora hasta convertirse en una aterradora constante en su vida que no la dejará un solo instante de tranquilidad, hostigándola a través de su hija.

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A Sarah Snook la acompaña la joven Lily LaTorre como Mia, su hija, y completan el reparto principal de la película de Netflix Damon Herriman y Greta Scacchi.

No es una película larga, apenas una hora y 40 minutos, pero, por desgracia, su ritmo puede hacer que nos parezcan cuatro horas, como veremos a continuación.

Un elenco que trata de asomar la cabeza en un océano de tópicos

Las películas australianas se caracterizan, generalmente, por cumplir con ciertos elementos tonales muy concretos cuando se sumergen en géneros como el terror o el suspense, como es en este caso.

La atmósfera de Huye, conejo, huye, sería fantástica si no fuese porque es lo que hemos visto doscientas veces en películas con tramas muy superiores a la de la cinta de Netflix.

Las actuaciones del elenco, especialmente de Sarah Snook y Lily LaTorre, se ven enturbiadas por unos personajes que se vuelven odiosos por momentos. No odiosos como Siobhan "Shiv" Roy en Succession, sino odiosos en plan "estoy a un Misisipi de quitar la película".

Hay una tormenta de conceptos que no parecen tener claro a dónde quieren llevar a la película y, cuando parecen encauzarse hacia algo con un mínimo de sentido, termina, pero no de forma satisfactoria ni de un modo que podamos decir que los últimos 100 minutos de nuestra vida han servido de algo. Termina, punto. Como si nosotros terminásemos nuestra crítica en cualquier punto.

 

El guion de Hannah Kent lo intenta, pero no logra construir una historia que podamos definir como correcta en este océano de tópicos sobre los traumas familiares.

Huye, conejo, huye se apoya tanto en la lectura entre líneas en sus escenas que, con frecuencia, se olvida de poner las líneas entre las que tenemos que leer. Esto crea una trama que se vislumbra con bastante claridad desde los compases iniciales cuando todo empieza a aflorar, pero nos tiene hasta el acto final tratando de jugar al despiste, sin éxito.

En su beneficio, la película de Netflix no tiene una mala fotografía, y llega a destacar en algunas escenas, aunque el nivel de exigencia tampoco era exagerado.

Para nosotros Huye, conejo, huye no ha sido un visionado satisfactorio. Las películas sobre traumas psicológicos necesitan algo más que tópicos para ser atractivas, necesitan un "alma" con la que conectar, personajes con los que poder empatizar un mínimo. Más capacidad de comunicar y menos alegorías, metáforas y escenas ilusorias.

A ver, para una sobremesa con siesta cuando termine el Tour de Francia, está bien, pero no es una película que nos haga correr al catálogo de Netflix para poner Huye, conejo, huye… ni recomendarla.

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Etiquetas: Netflix

VALORACIÓN:

Un thriller psicológico que prometía mucho por Sarah Snook, pero que se empeña en hacernos leer entre líneas, sin haber puesto las líneas entre las que leer.

LO MEJOR:

Sarah Snook y Lily LaTorre lo hacen lo mejor que pueden, pese al guion. Decente nivel de fotografía.

LO PEOR:

Citando a Robin Williams: "Deberían incluir un aviso de no manejar maquinaria pesada mientras se ve". Es tremendamente aburrida en ciertos tramos.
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45

Malo