Crítica de El Ministerio de la Guerra Sucia: Henry Cavill se lo pasa pipa matando nazis, y nosotros viéndolo

Hoy llega a Prime Video España la nueva película de Guy Ritchie con un reparto estelar y, para no perder la costumbre, mucha mala baba.

Por supuesto que me refiero a El Ministerio de la Guerra Sucia (The Ministry of Ungentlemanly Warfare), una película que combina hechos reales con la siempre ágil narrativa del director británico, y su jolgorio visual.

El director de películas imprescindibles como Snatch. Cerdos y diamantes o las versiones de Sherlock Holmes de Robert Downey Jr. se lanza a la recreación histórica de una de las acciones militares que no solo cambiaron el rumbo de la II Guerra Mundial, sino que dio pie a los servicios clandestinos del Reino Unido.

Hoy, en HobbyCine, te traemos nuestra crítica de El Ministerio de la Guerra Sucia. ¿Podrá Guy Ritchie adueñarse de una historia clasificada durante décadas?

La operación Postmaster

A grandes rasgos, la premisa de la película de Lionsgate es una recreación de la denominada operación Postmaster, una acción que, sin entrar en detalles para no spoilearte El Ministerio de la Guerra Sucia, buscaba minar la operatividad de los U-Boats, los submarinos alemanes que sembraron el caos en los primeros años de la guerra.

El problema es que la Kriegsmarine sabía cómo jugar sus cartas para que los submarinos recibiesen suministros de forma adecuada y utilizaba puertos neutrales como bases para evitar los ataques, pues serían consideradas acciones hostiles contra el país anfitrión.

Por tanto, la operación Postmaster fue una acción no autorizada oficialmente que llevó a un grupo de soldados con poco o ningún gusto por aquello de cumplir órdenes a dar un paso al frente sabiendo que no serían tratados bien ni por enemigos ni por sus presuntos aliados.

Todas las piezas de la operación Postmaster necesitaban moverse con una coordinación perfecta para que el plan funcionase, lo que nos lleva a las dos tramas principales de El Ministerio de la Guerra Sucia.

El guante de seda del espionaje

Guy Ritchie sabe mostrarnos las dos verticales necesarias en toda operación clandestina como fue Postmasterm y la primera de ellas es la rama del espionaje.

La inteligencia es vital para toda operación y, en este caso, la trama centrada en los personajes de Eiza González (El problema de los 3 cuerpos) y Babs Olusanmokun (Dune: Parte Dos) se centra en ese aspecto.

Es una trama sencilla, pero muy interesante, con tiempo para que ambos personajes brillen y con un equilibrio razonable con el arco principal. 

En cierto modo, tiene algo de ese juego del gato y el ratón que nos atrapa y nos hace querer seguir el hilo hasta que todo se desmadra, pero no olvides lo que he dicho antes, toda esta historia se coordina como un reloj con el otro arco principal.

El puño de hierro

La otra vertical de la operación Postmaster es la razón por la que a cualquiera le llama la atención una película como El Ministerio de la Guerra Sucia: Henry Cavill (The Witcher, Misión imposible: Fallout) y sus colegas matando Nazis como si fuera un concurso.

Esta es la parte más gamberra, divertida y, en esencia, alineada con el estilo de Guy Ritchie de El Ministerio de la Guerra Sucia. Cavill, Alan Ritchson (Reacher), Alex Pettyfer (In Time), Hero Fiennes Tiffin (La mujer rey) y Henry Golding (Snake Eyes: El origen) son los que aportan la salsa a la película.

Sus escenas son totalmente irreverentes y claramente es donde Guy Ritchie se desata por completo para ofrecer derroches de acción de los que han caracterizado su carrera.

Ver a Henry Cavill matando nazis como quien saca al perro mientras va a comprar el pan es desternillante, y la química y confianza que hay entre ellos aporta mucho al ritmo de la película a través de diálogos que, si bien a veces parecen demasiado fuera de lugar, funcionan.

Quizá el mayor problema que le encontramos a El Ministerio de la Guerra Sucia es que los conflictos que encuentran los protagonistas tienen un impacto demasiado reducido. Henry Cavill a veces parece que va con el modo dios activado. En parte es algo que hace entrar en conflicto el hecho de que se trate de una historia basada en hechos reales con una película de acción de Guy Ritchie.

Pero el cóctel en líneas generales funciona bien y nos ofrece dos horitas muy entretenidas que te encantarán si disfrutaste en su día de Malditos bastardos, pues las pautas de la película de Guy Ritchie se parecen mucho a las del filme de Quentin Tarantino.

Dicho esto, interesante es que, si Henry Cavill no termina interpretando a James Bond, algo que parece poco probable en este momento, habrá dado vida a Gus March-Phillips, que supuestamente es en quien Ian Fleming —arquitecto de la operación Postmaster— se inspiró para crear al agente 007 años después.

El Ministerio de la Guerra Sucia no te decepcionará si te gustan este tipo de películas gamberras y sabes diferenciar entre lo histórico y la ficción a base de balazos a granel de Guy Ritchie. Échale un vistazo en Prime Video si te llama la atención.

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