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Crítica de Ni una más: mensajes confusos en una serie de Netflix centrada en las violencias machistas

Ni una más

Crítica de Ni una más, la serie de Netflix centrada en las violencias machistas protagonizada por Nicole Wallace, Clara Galle e Iván Massagué. Estreno el 31 de mayo en Netflix.

Insultos, acoso, sexting, coacción, violación... Ni una más bucea en toda la gama de violencias machistas a las que una persona puede tener que enfrentarse a lo largo de su desarrollo. Lo hace con un carácter reivindicativo, dándole voz a las víctimas y señalando las muchas trabas a las que se pueden enfrentar si deciden denunciar... y sobrevivir después.

Se trata de la traslación de la novela de Miguel Sáez Carral a formato de serie, en la que él mismo ha intervenido como guionista y creador. Netflix ha lanzado hoy mismo sus ocho episodios en los que se adopta una estructura circular.

Arranca con el despliegue de una pancarta en el instituto en el primer episodio y no volveremos a engancharnos a ese momento hasta el final para conocer quién es ese violador y por qué es esa joven quien lo denuncia.

El resto de la trama se vale de flashbacks para ir recomponiendo los meses previos en la vida del alumnado del instituto, sus conflictos personales y sentimentales y todas las situaciones que se van superponiendo hasta colmar el vaso de la paciencia de la protagonista.

En Ni una más nos presentan a Alma, una estudiante conflictiva en plena adolescencia que está cada vez más alejada de su familia y de sus profesores.

Un buen día decide hacer frente a la institución educativa poniendo de manifiesto de la forma más explosiva posible que hay un depredador sexual campando a sus anchas en el instituto.

 

“Cuidado. Ahí dentro se esconde un violador”, puede leerse en enormes letras negras y rojas. Pero ¿cuándo se ha producido la violación? ¿Quién es esa persona? 

La serie retrocede en el tiempo para mostrar los meses previos a este momento y recomponer las redes de relaciones del personaje: cómo son sus intereses sentimentales, su forma de actuar con sus amigas, las amenazas a las que se ha visto expuesta y hasta qué punto son reconocibles todas esas situaciones, por cotidianas en muchas ocasiones.

Ni una más

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Grandes aciertos y grandes equivocaciones

Ni una más recuerda y mucho a la serie Por trece razones. El planteamiento era aún más visceral en aquella propuesta, dado que el punto de partida era un suicidio, pero aquí también tenemos que ir reconstruyendo el pasado de la protagonista para ver qué la lleva a tomar la decisión de exponer públicamente algo tan grave como una violación en un centro educativo.

Ambas propuestas comparten el público objetivo y el enfoque en el drama adolescente, con cierto toque de thriller en la medida en que el espectador se transforma en detective para ir sumando pistas y llegar al desenlace

Funciona muy bien cuando quiere denunciar una situación de vulnerabilidad que se podría evitar: escaparse de casa, perder un autobús, subirse al coche de un conocido, tomar drogas que inhiben la voluntad y hacen perder el control, confiar en un rostro amable, ponerse en manos de otros, hacerse fotos picantes....

Ni una más

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Toda esa parte de (mal)formación a través de la pornografía, de machismo estructural, sexualización prematura y relaciones tóxicas, aunque naturalizadas incluso como una pareja "formal", está muy bien expuesta, pero la serie patina mucho a la hora de empoderar a sus personajes para hacerle frente.

La idea que quiere dejar clara Ni una más es que una mujer que tenga que denunciar una violación o se vea expuesta a violencia machista, de cualquier tipo, no va a estar sola y se va a ver secundada y acompañada.

De acuerdo, pero recurrir a la mentira, a los subterfugios y a un enfrentamiento directo con un depredador sexual exponiéndote sin ninguna defensa son justo los contraejemplos de cómo proceder.

Ni una más

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Por lo demás, todos los personajes se comportan más como veinteañeros que como alumnos de instituto y hay diálogos y situaciones muy poco naturales que le restan verosimilitud a una historia que tira incluso de referentes reales para tener fuerza. Es el caso de Daisy Coleman, una joven estadounidense que acabó suicidándose años después de denunciar una violación.

El elenco también resulta muy heterogéneo: Wallace y el reparto adulto compuesto entre otros por Ruth Díaz, Eloy Azorín o Iván Massagué son muy creíbles en sus roles, pero muchos de las jóvenes fichajes distan de alcanzar la idoneidad. 

Las intenciones detrás de Ni una más son buenas, el resultado bastante discutible, va a hacer indispensable que los jóvenes la vean acompañados y entablar con ellos un debate posterior del que extraer conclusiones más maduras que las que ofrece la serie, que tiene un poco el "síndrome Smallville". Pasa de todo en un entorno muy pequeño.

VALORACIÓN:

Entre la denuncia social y el drama se mueve Ni una más, una serie reivindicativa que requerirá un debate posterior para aclarar sus luces y sus sombras. Pone en la palestra las muchas violencias sexuales a las que puede verse expuesta una adolescente, pero no termina de dar un buen ejemplo para plantarles cara.

LO MEJOR:

Nicole Wallace es muy convincente como protagonista. El carácter reivindicativo de la novela está muy bien trasladado a la serie.

LO PEOR:

Hay muchas actrices secundarias adolescentes cuyo trabajo es muy mejorable y mensajes contradictoros algo preocupantes.
Hobby

62

Aceptable

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Etiquetas: Netflix