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Crítica de Parpadea dos veces, el perturbador debut de Zoë Kravitz en la dirección

Parpadea dos veces
Foto del redactor Raquel Hernández LujánFoto del redactor Raquel Hernández Luján

Crítica de Parpadea dos veces (Blink Twice), el debut en la dirección de Zoë Kravitz protagonizado por Naomi Ackie, Adria Arjona y Channing Tatum.

La película de terror de la semana nos la sirve en bandeja la nueva Catwoman, Zoë Kravitz, que en esta ocasión se pone tras la cámara para dirigir Parpadea dos veces, además de coescribir el guión junto a E.T. Feigenbaum, con quien ya trabajó previamente en la serie High Fidelity.

Demuestra con este trabajo que tiene madera para estos nuevos cometidos y que sabe ponerse en el lugar de los actores, porque los lleva por donde ella quiere para hacernos llegar la historia ocon fuerza.

No se trata de una película de terror al uso, sino de una que parece dialogar con otras previas como Déjame salir, de Jordan Peele. Y no lo decimos solo por el planteamiento de la película, sino por la curiosa mezcla de géneros en la que se unen misterio y humor con un trasfondo de denuncia social que nos lleva a pensar en la realidad (ya imaginaréis a qué isla de los horrores apunta).

Kravitz se afianza con un gran talento en diversos campos: el primero de ellos, el ritmo que le imprime a las imágenes a través del montaje y gracias a la elección de los temas de la banda sonora. La película fluye atrapando al espectador desde el primer instante y genera un extrañamiento muy particular: sabemos que está pasando algo, aunque no sepamos qué exactamente hasta que se revela.

La información se nos escamotea el tiempo suficiente como para que la propuesta no se alargue demasiado ni llegue a cansar, pero sí para que se nos vaya ofreciendo un rastro de miguitas de pan a seguir que nos mantiene entretenidos y enganchados.

 

 Un golpe ¿de suerte?

Frida y Jess son dos amigas sin blanca que comparten apartamento y que deciden colarse en una fiesta en la que trabajan como camareras. Antes de que se acabe su turno se visten de gala y se suben a unos tacones con la esperanza de acercarse al anfitrión, el magnate de la tecnología Slater King.

Se trata de una figura controvertida porque ha tenido que asumir cargos por abuso de poder, de modo tal que está tratando de limpiar su imagen ofreciendo disculpas en público y destinando una fortuna a obras filantrópicas. 

Frida cae hipnotizada por su encanto cuando lo conoce de modo que ambas amigas se embarcan al instante en el viaje que él les propone a su isla privada, en compañía de unos cuantos amigos. El lugar es perfecto para unas vacaciones de ensueño y todo parece ideal: todos lo pasan en grande de fiesta en fiesta en un eterno bucle de juerga y resaca.

Aunque nadie desea que termine, Frida empezará a intuir que algo no va bien en ese lugar, de modo que se propondrá estar sobria y despierta para descubrir la verdad.... y salir viva de la fiesta ininterrumpida.

Parpadea dos veces tiene una virtud adicional: nos hace recuperar la fe en Channing Tatum. Si en Fly me to the Moon su interpretación resultaba pobre y acartonada, aquí demuestra que en manos de una buena directora es capaz de comunicar. Cierto es que el papel le sienta como anillo al dedo, pero también que está bien guiado para el propósito que debe cumplir. Y no es un rol sencillo.

Del casting femenino solo podemos decir cosas buenas: Naomi Ackie, Adria Arjona y Alia Shawkat tienen papeles más largos y complejos que desarrollan con maestría, pero las secundarias Liz Caribel y Trew Mullen también tienen sus momentos estelares cuando les llega el momento.

Kravitz también exprime a los secundarios masculinos, liderados por Christian Slater: Simon Rex, Levin Hawk y Haley Joel Osment (sí, el niño de El sexto sentido que dejò de ser niño hace mucho tiempo). Aunque la mirada se nos va a un inquietante cómplice silencioso, cuya elección parece premeditada por su enorme parecido con Jeffrey Epstein. No tiene pinta de que sea algo casual.

Los que peinen canas disfrutarán de las breves apariciones de Geena Davis y Kyle MacLachlan. Ninguno de los dos personajes a los que interpretan es esencial para el devenir de la historia, pero tiene su gracia verlos en lo que son casi cameos. Ambos son emblemáticos: ella por su rol en Thelma & Louise y él por haber protagonizado Twin Peaks. Hay algo de sendas obras en ésta.

En suma, Parpadea dos veces es una película que merece la pena: habla de terrores reales y se pone bestia cuando debe (brutales secuencias las de los raptos de clarividencia) aunque de forma incomprensible opte por un final facilón y algo bobo que no solo le resta impacto al discurso que venía elaborando, sino que además no tiene ninguna verosimilitud ni es fiel al espíritu de los personajes. 

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VALORACIÓN:

Siguiendo la estela de Jordan Peele, la primera película de Zoë Kravitz opta por mezclar thriller, denuncia social y humor con gran acierto en una cinta que avanza a buen ritmo y resulta sorprendente. Notable debut.

LO MEJOR:

La premisa inicial, el diseño de sonido, el montaje y la forma inmersiva en la que arranca la película.

LO PEOR:

Está extremadamente mal rematada: de todos los finales posibles, se eligió el peor.
Hobby

70

Bueno