Crítica de Star Wars: The Acolyte 1x05 - Acción y respuestas mientras se riza el rizo

Otro miércoles de Star Wars en el catálogo de Disney+. Hoy llega a la plataforma el quinto episodio de Star Wars: The Acolyte, serie que está dando mucho de qué hablar, aunque en muchos círculos no para bien.

Alex García Lopez repite como director de este episodio titulado Noche, con el que completa el segmento que inició en el cuarto capítulo, Día, la semana pasada y que, básicamente, se ambienta en Khofar.

El cliffhanger con el que nos deja el episodio anterior es prometedor, pero toca comprobar si la serie es capaz de utilizar las herramientas que tiene a su disposición para ofrecer resoluciones satisfactorias.

Hoy, en HobbyCine, toca zambullirnos en la crítica del quinto episodio de Star Wars: The Acolyte, que ya está disponible en Disney+.

Recuerda que no incidiré en spoilers del episodio hasta que no avise de lo contrario, pero sí hablaré con libertad de todo lo ocurrido hasta el momento en capítulos anteriores.

Cae la noche en Khofar

Hoy me apetece comenzar por lo técnico, así que partiremos del título de este apartado y destacaré que casi todo el episodio transcurre por la noche, por si el título no era lo suficientemente revelador.

Star Wars: The Acolyte no cae en la trampa en la que "tropezaron" series como Juego de tronos y nos permite ver qué está ocurriendo sin necesidad de ajustar la configuración de la tele.

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Esta ambientación nocturna, junto al entorno boscoso de Khofar, permite ofrecer planos espectaculares gracias a las coreografías en los duelos con sables de luz.

Esas coreografías son tan extremistas como las opiniones sobre la serie de Star Wars de Leslye Headland: algunas son muy bizarras y llamativas, mientras que otras resultan decididamente forzadas.

Respuestas y enigmas que se empeñan en estirar

Pasamos a hablar de la historia, pero aún sin ahondar en spoilers de lo que hemos visto en el quinto episodio de Star Wars: The Acolyte.

Si bien nos encontramos ante un episodio descaradamente enfocado en la acción, eso no quita para que buena parte de la trama principal también avance.

Nos esperan revelaciones importantes en torno a misterios que, bueno, podían haberse manejado mucho mejor no solo en este episodio, sino en la serie en general. Lo mismo ocurre con las respuestas que aún están por llegar, aunque conocemos desde hace tiempo.

El comportamiento de algunos personajes no responde a la lógica, al menos por ahora, tanto dentro del imaginario de Star Wars como de las reglas generales de los diferentes tipos de personaje. No obstante, es posible que esos comportamientos reciban explicación en los tres episodios restantes.

Siguiendo con los personajes, se avecinan cambios bastante relevantes de los que hablaré en profundidad en la sección con spoilers.

Noche no es un mal episodio de Star Wars: The Acolyte, pero no termina de emplear correctamente todas esas herramientas que lo habrían ayudado a ser más redondo.

ATENCIÓN: A partir de este punto empezarán los spoilers del quinto episodio de Star Wars: The acolyte. Si aún no has visto el capítulo, puede que prefieras hacerlo antes de continuar leyendo.

El poder de una máscara

¿Te acuerdas de la carnicería de Star Wars: Episodio III - La venganza de los sith? Pues Star Wars: The Acolyte arranca con un revival "retro" de la facilidad con la que Palpatine despachaba jedi sin despeinarse.

La parte buena es que la serie de Disney+ al menos no hace que el maestro de Mae se cargue a miembros del Alto Consejo como quien va a comprar pan, pero si este es el poder de los jedi en su era de esplendor, que cuelguen las túnicas y se dediquen a las granjas de humedad; en Tatooine hay muchas disponibles.

Siendo justos, los trucos sucios de Qimir, porque no tiene sentido llamarlo por otro nombre después de la revelación de este episodio, lo ayudan a encargarse con tanta facilidad de sus enemigos. Obviamente con esto se trata de explicar el poder del personaje, pero si te das un paseo por los cómics y libros de la Alta República, verás que los jedi no eran los pusilánimes de las precuelas.

Qimir, sí, para sorpresa de nadie, el maestro de Mae resulta ser el personaje de Manny Jacinto, y lo confirmamos por completo, si es que no tenías suficientes pistas, cuando Jecki Lon lo despoja de su máscara.

Ese momento es un déjà vu del instante en que Kylo Ren se quita el casco en Star Wars: Episodio VII - El despertar de la Fuerza, y es un error. Alguien en Lucasfilm necesita que Darth Vader y Darth Revan les recuerden el poder tremendo que tiene visualmente una máscara bien usada. Jacinto lo hace bien,  pero haberlo visto como alivio cómico desinfla el efecto del personaje.

La microtrama de Osha y Yord huyendo por el bosque de las umbrapolillas es un socorrido recurso para resolver el enfrentamiento con Qimir, que no es ninguna maravilla, pero podría haber sido peor.

Star Wars: The Acolyte lleva abusando demasiado del recurso de "ir a decir algo, pero que no te dejen terminar". Aquello de intentar decirle a Osha que Sol y compañía tuvieron gran parte de la culpa de lo ocurrido años atrás en Brendok —porque el gran secreto es ese—, ya huele.

El cambiazo de Mae por Osha y que engañe —a priori— a Sol con tanta facilidad no encaja, aunque ya sabemos para qué van a usar la escenita del tatuaje del segundo episodio, ¿verdad? Por si acaso te lo han puesto en plano en esa escena final de Osha con Qimir.

Que Sol no sienta nada extraño —de nuevo, aparentemente—, después de cómo presentía a Osha al comienzo de la serie, me chirría, aunque no tanto como el "pues nos vamos", dejando los cuerpos de Jecki Los, Yord y compañía ahí, para que las criaturas de Khofar se den un banquete.

Vale, es lo mismo que hace Obi-Wan Kenobi en Mustafar con Anakin, pero hasta Luke Skywalker saca a su padre muerto de la Estrella de la Muerte para darle un entierro digno. Esa sensación final no me convence.

En fin, Star Wars: The Acolyte aprueba en la acción, aunque tenga esas coreografías que, a veces, resultan especialmente forzadas —nada nuevo bajo el sol de Star Wars—, pero la trama sigue presentando demasiadas lagunas que, si no se compensan, suponen un problema narrativo. Veremos qué nos encontramos la semana que viene en Disney+ tras este intercambio de gemelas.