Crítica de Turno de día, una comedia de acción y vampiros protagonizada por Jamie Foxx

Todo comienza una soleada mañana en California. Bud se dirige a su puesto de trabajo habitual para limpiar una piscina llena de basura, en la que hasta flotan animales muertos. Tras barrer un poco la superficie del agua, carga su arma, se viste con un traje oscuro y entra en la casa.

Bud le pega un tiro a una anciana asustada, ¡y se queda tan a gusto!, porque esa anciana no es una anciana cualquiera, es una vampiresa, y él no es un limpiador de piscinas corriente, es un cazavampiros.

A Netflix se le da bien llamar la atención con películas convencionales, en géneros que nunca pasan de moda, gracias a un reparto conocido por la audiencia. Ya hemos visto funcionar esta estrategia en películas de acción como Alerta roja (2021) o Ejército de los muertos (2021), y ahora repite el método con una comedia de vampiros.

Para la construcción de su universo, Turno de día se limita a reunir una serie de convenciones del género vampírico que tenemos asumidas para articular una historia ligera cargada de acción; justamente lo que se espera de ella, una película para no pensar demasiado y en la que sabes desde el primer momento cómo va a terminar.

Jamie Foxx y Dave Franco se unen para luchar contra vampiros

El protagonista, interpretado por Jamie Foxx, se encuentra en una situación delicada con su exmujer y su hija, y para solucionarla debe recuperar su antiguo puesto de trabajo en el sindicato y enfrentarse a un puñado de vampiros antes de que se acabe la semana, introduciendo así una dosis justa de suspense.

Bud tiene tan mala suerte que le obligan a trabajar junto con un oficinista muy trajeado, que jamás ha tocado un arma y que se sabe de memoria todas las regulaciones de la empresa. Dave Franco ejerce, en definitiva, como el típico secundario cómico. Uno muy torpe y que contrasta muchísimo con la personalidad del protagonista.

Las mejores películas de vampiros de la historia del cine

No esperéis grandes chistes porque esta película no los tiene. Turno de día es más una comedia de slapstick y de “caca, culo, pedo, pis”, con un personaje principal gamberro y una historia en la que es muy fácil entrar pero que podría ser de hace diez o veinte años.

La otra baza que le queda a la cinta son sus secuencias de acción, igual de convencionales que el resto del largometraje. Los enemigos, lógicamente, son vampiros, así que los combates suelen desarrollarse en interiores oscuros. Por suerte, la acción siempre está lo suficientemente bien iluminada para que no tengamos problemas al verla.

Hay lluvias de tiros, baños de sangre, y lanzamientos imposibles de gente por los aires. A cada nuevo combate crece el número de vampiros, y también el número de aliados con el que hacerles frente, logrando con ello hacer gala de nuevas técnicas de lucha, tanto cuerpo a cuerpo como a larga distancia.

Incluso hay una secuencia con una persecución de coches frenética que podría ser original de no ser porque sus ideas visuales pertenecen a películas anteriores.

Sus elementos funcionan, en la acción, la comedia y la historia, pero se quedan demasiado justitos si tienes otras películas de Netflix pendientes en tu lista.

Esta comedia de acción con vampiros es muy veraniega, en el peor sentido de la palabra. No tiene pretensiones, tampoco las necesita, no reinventa ni aporta nada nuevo a ninguno de sus géneros, pero os puede solucionar una tarde de… piscina.

Turno de día está disponible en el catálogo de Netflix desde el viernes 12 de agosto de 2022. Aunque si queréis otra buena comedia de vampiros, Lo que hacemos en las sombras es una serie estupenda de HBO Max que acaba de estrenar su cuarta temporada.