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Crítica de Venom: Habrá matanza - Una película tan desbocada como sus simbiontes

Venom: Habrá matanza
Foto del redactor Daniel QuesadaFoto del redactor Daniel Quesada

Redactor coordinador del área de Entretenimiento y vídeo

La nueva película de superhéroes es, por momentos, una comedia romántica... Entre un tipo duro y un comedor de cerebros, claro. Venom ha vuelto.

En el mundo de las sorpresas cinematográficas recientes, brilla con luz propia la afilada lengua de Venom, cuya primera película, a pesar de recibir palos por parte de la crítica mundial, fue un auténtico pelotazo en taquilla, gracias a su mezcla de acción, humor y ambientación a lo "buddy movie".

Como era de esperar (y como ya anticipaba la escena postcréditos), ha llegado una segunda entrega llamada Venom: Habrá matanza, en la que, sabedores ahora de que la fórmula hace gracia al público, han cogido todos los ingredientes y los han multiplicado por 100.

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 La historia continúa casi donde la dejamos: con Eddie Brock y Venom dispuestos a coexistir en secreto, mientras reconducen su vida. Venom quiere ser un héroe, pero a la vez necesita saciar su hambre de comer cerebros. Y claro, Eddie está que se sube por las paredes... Literalmente.

Mientras, en una reclusión de máxima seguridad, el asesino en serie Cletus Kasady está dispuesto a contar su oscura historia antes de que acaben con él en el corredor de la muerte, pero solo a Eddie. Como supondréis, el nacimiento del simbionte asesino Matanza es solo cuestión de tiempo...

Venom: habrá matanza

El desarrollo de Venom: Habrá matanza no se anda por las ramas: es una película de superhéroes inusualmente corta (apenas llega a la hora y media), pero le da tiempo a explotar esas facetas de la primera que ya comentábamos.

Por un lado, tenemos la "relación romántica", por así decirlo, entre Venom y Eddie, interpretado una vez más por un Tom Hardy que es clave en el tono de la película. Sus tics y manierismos salvaron ,para muchos, la primera película. Aquí mantiene la fórmula, pero buscando aún más comicidad y exageración.

Tom Hardy es un actorazo, pero tiene pinta de aquí el director Andy Serkis (sí, el mismo que interpretó a Gollum o a César el chimpancé) parece haberle dicho "suéltate la melena. ¡Más! ¡Más!". El resultado son momentos muy divertidos y cercanos al slapstick, pero quizá demasiados. Es como si esta película tuviera excesivas "escenas de las langostas" de la primera.

Por otro lado, tenemos a Venom, que en esta ocasión aparece mucho más y también desarrolla su personalidad. Quizá es aquí donde encontramos el mayor problema: mientras que en la película original era un tipo duro, pero cómico (igual que en los cómics), aquí se vuelve excesivamente infantil y caprichoso, casi como un niño pequeño.

Venom: Habrá matanza

De nuevo, esto lleva a algunos gags simpáticos, pero otros que son tan, tan bobalicones que acaban por sacarte de la historia, porque ves que todo vale. En cualquier caso, su recreación es espectacular, sobre todo cuando le toca enfrentarse a Matanza, el villano de la película.

De nuevo, aquí tenemos dos facetas. Por un lado, el diseño del nuevo simbionte es brutal y luce de lujo en pantalla cuando se lanza a sembrar caos (ojo a la escena en la prisión, que probablemente pueda dar más juego en un futuro), sobre todo cuando ha de enfrentarse a su "némesis" Venom.

Por otro lado, está su faceta más humana, un Cletus interpretado por Woody Harrelson (Bienvenidos a Zombieland). Este actor da empaque a lo que le eches, y aquí destaca cómo lanza miradas siniestras o se regodea de su propio proyecto. Sin duda, uno de los aciertos de esta película de superhéroes, aunque el guión no sepa muy bien qué hacer con el personaje.

Hay que destacar que tenemos varios secundarios muy importantes en la trama, como la ex novia de Eddie, Anne (Michelle Williams, que aquí parece más "centrada" en el papel) o el sosainas de su novio, Dan (un divertido Reid Scott), pero sobre todo tenemos a Shriek, la "novia" con poderes de Cletus, para la que Naomie Harris se esfuerza en dar una gran fisicalidad.

Venom: Habrá matanza

Por tanto, Venom: Let There Be Carnage es una película más "coral" que la primera, en la que hasta Dan tiene momentos para ser un héroe, aunque Eddie y Venom sigan siendo los protagonistas. En ese sentido llega otro problema de la cinta: que todos sean tan importantes resta "hierro" al conflicto y resulta raro que alguien como Dan mire de tú a tú a una bestia como Matanza.

Pero, como ya hemos visto con otras películas, quizá el problema esté en nuestra perspectiva. Puede que si pones esta película a un chavalín o adolescente (hay violencia y "comeduras de cerebros", pero no se ve nada muy gore), se lo pase teta con este conjunto de personajes entregados a la hipérbole más absoluta.

Desde luego, una sensación parecida (aunque no tan exagerada) tuvimos con la primera película y mirad lo que pasó: montones de chavales comentando que se lo pasaron en grande con una película de superhéroes que se tomaba tan poco en serio.

Venom: Habrá matanza

Aquí la fórmula va más allá, como si fuera un episodio de dibujos animados de los 90, pero con alto presupuesto y actores reales. Para nosotros, tiene momentos divertidos y acción impactante, pero todo se da de forma desmesurada, como tomarte un cocido montañés y un brownie a la vez.

Por cierto, los amantes de los cómics también tendrán sus "recompensas", con un Venom que quiere asumir ese papel de "protector letal" que vimos en sus páginas, pero también con alguna referencia menos explícita al universo de Marvel Comics.

En cualquier caso, está claro que Sony Pictures confía en el proyecto y saben que Venom es una estrella, con potencial de ir mucho más allá. 

En ese sentido, si no os la han colado ya en Twitter, tenéis que quedaros para ver la escena postcréditos. Venom gritará mucho y no dejará títere con cabeza, pero está claro que ha venido para quedarse.

VALORACIÓN:

Parecía imposible, pero el caos de la primera película se multiplica en la secuela, lo que da pie a momentos divertidos, otros espectaculares... Pero también demasiadas ocasiones en las que es tan, tan hiperbólica que se pasa de frenada.

LO MEJOR:

Los propios simbiontes en acción: Matanza es espectacular. El ambiente ligero y humorístico tiene su punto...

LO PEOR:

Que ese propio "tomarse poco en serio" a veces es excesivo. Hay humor tan exagerado y acción tan desmesurada que todo parece demasiado "increíble".
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