Crítica de Voces, una pequeña sorpresa del cine de terror español

A pesar de los vaivenes vitales que estamos sufriendo, el cine sigue peleando por recuperar una cierta normalidad en sus estrenos. Así, unos primeros y valientes "colonizadores" están ocupando la taquilla del verano, lo cual está dando casos de éxito en el cine español como Padre no hay más que uno 2... ¡Pero no podía faltar un representante del cine de terror para estos meses estivales! Voces llena ese hueco y además lo hace como una producción española que tiene cierta ambición.

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Darse de alta

La película Voces nos lleva hasta una casa semirruinosa a la que se muda la familia compuesta por Daniel y Sara (expertos en restaurar casas antiguas para revenderlas) y su pequeño hijo Eric. Lo que parecía un trabajo más comienza a enturbiarse cuando Eric insiste en que no para de escuchar voces que le susurran siniestros mensajes. Esto precipitará terribles acontecimientos por los que Daniel decide pedir ayuda a Germán, un veterano experto en psicofonías. ¿Conseguirán descubrir qué esconde esa casa?

Como podéis ver, el planteamiento general de la película Voces no aporta nada nuevo en el cine de terror: niño calladito que con sus dibujos muestra los miedos de la película, "perros viejos" que pueden aportar pistas sobre lo paranormal, mudanzas a casas malditas... Todo es muy similar al estilo reiterativo, pero efectivo, de las películas de Blumhouse y, sí, a la escuela que ya tiene bien instaurada la franquicia Expediente Warren. Sin embargo, esta película aporta valores propios que la hacen muy sólida.

Para empezar, la dirección es impecable a nivel técnico. Ángel Gómez Hernández, que ya causara sensación con su corto Behind, se estrena en el largometraje con muy buen pulso, un uso meticuloso y estratégico de los planos (el inicial ya nos mete en situación perfectamente) y, sobre todo, un aprovechamiento del sonido que mantiene en volandas la historia.

La mezcla de las respiraciones entrecortadas y asustadas de los personajes con susurros distorsionados y música desgarrada funciona perfectamente (es una de esas experiencias que se disfrutan más en sala grande, con buen sonido envolvente) y sabe muy bien cuándo parar para arrojarnos a un silencio pesado, de esos que te aumentan las pulsaciones durante unos segundos.

Sí, es verdad que hay un cierto abuso de los "jump scares" (es decir, sustos que vienen de sopetón con algún sonido estridente) tan propios del género, pero no llega a cansar y la presentación de la parte más paranormal se dosifica e insinúa muy bien, sin que hay una explicitud de esas que te sacan de la película. Hay que decir, además, que Voces presenta un par de giros de esos que te tiran de espaldas. Se agradece que haya sido tan valiente.

El elenco está capitaneado por Rodolfo Sancho (El Ministerio del Tiempo) como Daniel y Belén Fabra (¡también la vimos en EMDT!) como Sara, acompañados de un jovencísimo Lucas Blas como Eric, que tiene una mirada de esas que se te clavan como espectador. "Marido y mujer" hacen un trabajo muy sólido, aunque quizá nos quedamos con las caras de pavor que consigue Belén.

Los otros dos protagonistas son el veterano Ramón Barea (Ventajas de viajar en tren) como el investigador Germán y Ana Fernández (Las chicas del cable) como su hija Ruth, que lo ayuda en la investigación. Ellos aportan un contrapunto interesante a los otros protagonistas, pues tienen su propia y turbia historia detrás, además de un mayor conocimiento de lo paranormal.

El elenco funciona con mucha solidez y toda la trama, además, sabe aprovechar su origen español para aportar ciertos elementos que enriquecen la historia (por cierto, a ver quién caza un cameo muy divertido para los fans del terror español). En el lado negativo, es cierto que los diálogos son más bien "cumplidores", están colocados ahí para que la historia vaya avanzando, pero se hubiera agradecido que tuvieran algo más de "punch".

A pesar de los aspectos menos originales del conjunto, Voces es una película de terror bien engrasada, sabedora de la filmografía en la que se inspira y tiene la ambición suficiente como para plantarnos una escena postcréditos que deja la puerta abierta a un... ¿"Vocesverso"? ¿"Expediente voces"?, con hipotéticas secuelas para un futuro, si la cosa va bien en taquilla. En estos tiempos, nada se puede predecir, pero nosotros os susurramos al oido: iiiiiid al ciiiiiineeeeeee...

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