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Resumen y análisis de La casa del dragón 2x05 - La temida regencia y medidas desesperadas

La casa del dragón 2x05
Foto del redactor Raquel Hernández LujánFoto del redactor Raquel Hernández Luján

Resumen y crítica de La casa del dragón 2x05, escrito por Ty Mikkel y dirigido por Clare Kilner. Estreno en Max el 15 de julio.

La semana arranca con un nuevo episodio de La casa del dragón en Max, que apuesta por rebajar la intensidad de la acción tras el monumental final de episodio anterior: aquí encontrarás la crítica y el resumen de "El dragón rojo y el dorado".

En esta nueva entrega del conflicto entre los Verdes y los Negros seremos testigos de nuevas alianzas y del devenir de la contienda tras la dramática batalla del Reposo del Grajo, que se saldó con la pérdida de Rhaenys. Tuvimos ocasión de charlar con Eve Best a propósito del destino de su personaje y cómo se sintió al saber que terminaba su colaboración con la serie.

Resumen La casa del dragón 2x05

Marcaderiva y Rocadragón están de luto por la muerte de Rhaenys a lomos de su dragona Meleys, también abatida en combate. Corlys Velaryon se sienta en el trono apesadumbrado. Rhaenerys llora su pérdida.

Los soldados le comunican al pueblo en Desembarco del Rey que Meleys ha caído en nombre de su rey Aegon. Exhiben su cabeza cortada del dragón rojo, pero la gente no jalea el triunfo: consideran que un dragón muerto es un mal presagio, porque son considerados dioses. También temen las represalias de Rhaenyra. Es una extraña victoria que nadie celebra.

Alicent observa su llegada desde las almenas con preocupación y temerosa de Aemond. Los soldados transportan también el cuerpo calcinado de Aegon, que sigue vivo pero en muy malas condiciones. Tiene restos de la armadura pegados a la carne y el cuerpo destrozado, con muchos huesos rotos: los maeses le dicen que las próximas horas serán críticas y se afanan en procurarle cuidados. 

 

Aemond le dice a Alicent que alguien tiene que gobernar mientras se recupera. Es una forma de postularse al puesto. Luego ella va a pedirle explicaciones a Criston Cole. Le dice que tomaron el castillo, lo que le costó perder 900 hombres y que dejó a una guarnición para proteger a Aegon además de su dragón, Fuegosol, que tardó mucho en morir.

Lo que Alicent quiere saber es qué le pasó, pero él solo le dice que Aegon luchó con valentía. Cuando le pregunta por el papel de Aemond en todo el asunto, tira balones fuera y le dice que no sabría explicarle.

En Rocadragón, el Consejo Negro está que arde: la pérdida Rhaneys y Meleys (su mayor dragón) es irreparable pero es que Cole ha conseguido recorrer las tierras sin oposición alguna. Han perdido el Valle Oscuro y Reposo del Grajo. Y Daemon sigue sin aparecer tras lo que consideran “una riña de alcoba”.

Cole exhibe el cadáver de Meleys en La casa del dragón

Max

Alfred le dice a Rhaenyra que le es leal pero lo dice con suspicacia porque cree que el “sexo débil” nunca antes había tomado partido en las estrategias militares y ella no está preparada. Finalmente, se sienta en el consejo y ella ordena que se envíen cuervos a Poza de la Doncella y Punta Zarpa Rota. También da instrucciones para que reciban provisiones y huestes si las necesitan.

Esperan que Aegon haya muerto, creen que sería una Vitoria pírrica y que pronto alguien se sentará en el trono en su lugar. Rhaenyra quiere ser quien ataque Desembarco del Rey, pero solo encuentra oposición.

Jace planea ir a Harrenhal a hablar con Daemon para saber si sigue siendo leal a su madre. Baela trata de impedírselo para protegerlo pero a él le consume la espera.

Jace negocia con los Rey el paso por los Gemelos
Jace negocia con los Rey el paso por los Gemelos

Max

En ese momento se acuerda de los Frey, que custodian el Cruce de los Gemelos mientras que los veteranos de Cregan marchan hacia el sur. Cree que si les abren paso hacia las Tierras de los Ríos podrían prescindir de Daemon. Le pide a Baela que no le comunique a nadie sus planes y ella asiente.

Daemon por su parte está acosando a los Bracken con Caraxes para que renieguen de Aegon.  Les pide que hinque la rodilla o su casa arderá. Eligen el fuego, pero Daemon los necesita vivos: quiere soldados, no cadáveres y, a pesar del enfado de los Blackwood, Daemon los considera valientes por tomar esa decisión y busca una vía alternativa para convencerlos aprovechando su debilidad.

Nido de Águilas es inexpugnable, salvo por el cielo. Rhaena le recuerda a Jeyne Arryn que le prometió a la reina 15.000 soldados. Pero ella tiene claro que era a cambio de la protección de un dragón. Ha enviado dos, pero de pequeño tamaño, que no satisfacen sus necesidades. Jeyne le da sus condolencias por la muerte de su abuela y la deja en su alcoba.

Rhaenyra va a hablar con Mysaria: está ofuscada porque los miembros del consejo hablan a su alrededor, no con ella y encima la mantienen atada a Rocadragón sin poder intervenir. Ella no ha sido formada para luchar ni para empuñar un arma y es consciente de que todos esos hombres lo saben.

Mysaria le señala el error que ha cometido Cole mostrando el cadáver del dragón, puesto que sabe que es un gesto de mal augurio. Ahora tienen hambre, miedo y el rey ha caído.

Cree que si cunde el descontento entre los miles de olvidados que viven a la sombra de la Fortaleza Roja, los rumores podrían ir siendo alimentados y propiciar que la gente se ponga de su lado. Mysaria le subraya que hay muchas maneras de librar una guerra.

Alys Ríos y Daemon conversan en Harrenhal

Max

Rhaenyra y Baela recuerdan con cariño el carácter de Rhaenys, cuando reclamó Meleys. Le pide que le lleve una cajita a su abuelo: la insignia de la Mano. No quiere quedarse sola.

Daemon sigue teniendo visiones. Sueña que él y su madre son amantes: ella le dice que está hecho para el trono, le hace sentir poderoso y le dice que ojalá hubiera sido el primogénito (recordemos que el incesto era bastante habitual en la casa Targaryen).

Ordena que el castillo se prepare para recibir a una gran hueste una vez que los Blackwood consigan someter a los Bracken. Hay que traer comida, leña, agua, arreglar los pasillos y tejados. Se abre el melón de la financiación porque Larys se llevó todos los ahorros.

Simon Strong le pide recursos a Daemon y él le dice que se ocupará personalmente del pago y vuelve a pedirle que se dirija a él como “mi rey”, a pesar de ser príncipe o en todo caso, consorte.

Alicent recibe el parte del gran maestre sobre el estado de salud, crítico, del rey. Tiene muchos huesos rotos, quemaduras y heridas internas. Evidentemente no puede reinar en ese estado y hay que nombrar a un regente para asegurar la estabilidad de la corona.

Alicent se propone para el papel, como hizo en tiempos de Viserys pero estando en guerra el Consejo Verde prefiere a Aemond para mostrar fortaleza. Todos concuerdan en este punto, incluso Larys y Criston dejan a Alicent sola. Aemond pasa a presidir el consejo y ordena darle un escarmiento a los Tully, acallar al populacho de Desembarco del rey y descolgar a los matarratas.

Alicent le recrimina a Cole en privado su falta de lealtad. Él le habla de las barbaridades que vio en Reposo del Grajo: es una guerra de dragones y cree que es un jinete quien debe liderarla. Además le dice que lo ha hecho para protegerla. Ella le dice que no se permita llamarla por su nombre siquiera.

Las puertas de Desembarco del Rey, se cierran para el pueblo llano. Las multitudes se acumulan tratando de salir pero son contenidas por los soldados que comunican que ahora el regente es Aemond.

Jace se encuentra inmerso en su misión, pero encuentra resistencia: Grover Tully no ha jurado lealtad a Rhaenyra y cree que rebelarse contra su señor significará su muerte. Jason Lannister se dirige hacia el este, hay que impedir que llegue a Aguasdulces y para eso necesita paso franco.

La reticencia de los Frey no es producto de la deslealtad sino por temor a Vhagar. Jace les ofrece su protección y la de su tío Daemon. Pero nada les contenta, así que Jace les pregunta qué quieren. Le piden que nombren a un nuevo lord en Harrenhal. Jace accede, pero a cambio de algo más que el Cruce: que hinquen la rodilla ante Rhaenyra.

Alys Ríos cura las heridas de Daemon, después de que éste se lastime las manos cortando leña. Ella cuestiona sus métodos para someter a los Bracken y él le avanza que su plan es someter Desembarco del Rey y gobernar con Rhaenyra pero siendo él el rey.

Apenas han terminado de discutir cuando llega la noticia de que la casa Bracken ha sucumbido. Planea agasajar a Willem Blackwood por ello.

Corlys se enfrenta al duelo por la muerte de Rhaenys

Max

Corlys cree que su castillo está maldito. Baela le hace llegar el deseo de Rhaneyra de que sea su Mano. Él lo ve como una compensación por la muerte de su esposa pero Baela le hace ver que murió por la causa en la que creía, a lomos de su dragón: era una princesa Targaryen más allá de ser su esposa.

Corlys le dice que quiere que sea su heredera pero ella responde que es “sangre y fuego” y Marcaderiva merece “sal y mar”.

Rhaenyra manda a sir Alfred a Harrenhal para convencer a Daemon de la importancia de las Tierras de los Ríos. Quiere conocer sus intenciones: si va a reunir un ejército para ella o para sí mismo. Le manda como recado terminar la conversación que habían iniciado.

Simon Strong despierta a Daemon para atender a los señores de los Ríos, que piden audiencia con él en plena noche. Los Blackwood han arrasado a los Bracken como bestias portando la enseña de los Targaryen. Le dicen claramente que no alzarán sus estandartes por un tirano, por más que tenga un dragón.

Una emisaria consigue entrar en Desembarco del rey: lleva un mensaje de Mysaria: es Elinda Massey, una de las damas de compañía de Rhaenyra.

Helaena le reprocha a Aemond lo que ha hecho. Aegon se debate entre la vida y la muerte mientras Alicent cuida de él.

Jace regresa y le cuenta a Rhaenyra sus progresos. Ella lee sobre Vysenya, la primera jinete de Vhagar (el dragón que monta ahora Aemond). Ella le felicita, pero está muy enfadada porque se impacientó y actuó por su cuenta. Todo el mundo le pide prudencia mientras otros luchan en su nombre. Ella no le dio permiso para ir y teme que Aemond lo cace con su dragón, mucho mayor.

Es consciente de que si todo falla tendrá que intervenir: Vhagar es más grande pero Syrax es más veloz. Cree que necesitan dragones pero Jace le recuerda que tienen a Vermithor y a Ala de Plata… pero no tienen jinetes. Jace le dice que está Rhaena y que deberían probar otros registros de su linaje por más que no sean Targaryen: es una locura pero podría ser la solución.

Recorriendo Poniente 

El suspense con el que nos dejaron la semana pasada, sin saber si la adaptación seguiría el libro en lo que competía al destino de Aegon, ha llegado a su fin: su estado vital oficial es el de "muerto en vida" y Aemond tiene ya carta blanca como regente para seguir su plan sin el freno de la templanza de Alicent. 

Cabe reseñar, una vez más, como hay paralelismos constantes entre Alicent y Rhaenyra, dado que ambas se enfrentan a situaciones similares devenidas de un sistema machista que trata de expulsarlas de la toma de decisiones y de la lucha en sí. Estupendas interpretaciones de Olivia Cooke y Emma D'Arcy.

Jace y Rhaenyra en La casa del dragón
Jace y Rhaenyra en La casa del dragón

Max

Puede que éste no sea el mejor episodio de la temporada 2 de La casa del dragón, pero hay que reconocer que estamos visitando muchos de los enclaves fundamentales en los que se está desarrollando el conflicto. Es esencial que la guerra se desarrolle de forma inteligible para la audiencia y que ésta sepa colocar en un mapa a unos y otros para seguir sus estrategias.

Por otra parte, sigue quedando muy patente qué es lo que la serie está dispuesta a sacrificar para invertir el presupuesto en los descomunales dragones: si ya fue criticada la decisión de "amputar" la Batalla del Molino Quemado, de nuevo la gran refriega entre los Bracken y los Blackwood se queda fuera de montaje con apenas una mención.

Amada Collin como Jeyne Arryn en La casa del dragón
Amada Collin como Jeyne Arryn en La casa del dragón

Max

También le hace algo de mella a la narración el tener a Daemon perdido en sus ensoñaciones en Harrenhal: está en boca de todos, pero a la vez al margen del principal choque. Sus visiones enganchan de alguna manera con los elementos fantásticos de la serie, que apenas se están dejando ver en La casa del dragón (más allá de las bestias voladoras, claro está).

Y, por último, tenemos que reseñar una de las grandes virtudes de este episodio, que no es otra que contar con la excelente actriz danesa Amanda Collin (Raised by Wolves) en el papel de Jeyne Arryn. Es un fichaje de altura para un papel de altura: ni más ni menos que la Doncella del Valle, Guardiana del Oriente, cabeza de la casa Arryn y señora de Nido de Águilas.

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VALORACIÓN:

Un episodio más reposado para abordar los frentes de la contienda y recolocar el poder, eso sí, con una valiosa incorporación al reparto: la de Amanda Collin.

LO MEJOR:

La forma en la que quedan integrados los dragones, a menudo en un segundo plano.

LO PEOR:

La acción vuelve a echarse en falta en un nuevo episodio en el que las estrategias se ponen sobre la mesa. Daemon queda bastante opacado.
Hobby

80

Muy bueno